El líder del PSN critica la postura inmovilista tras el cese de ETA
Roberto Jiménez aseguró ayer, en un desayuno con los medios, que entiende que la izquierda abertzale ha dado pasos y que su eje político a futuro será «buscar nuevos marcos de convivencia». El vicepresidente navarro admitió que su postura diverge del «inmovilismo» de UPN y precisó que no tiene ningún pacto sobre esta materia con Yolanda Barcina.
Aritz INTXUSTA |
«Las cosas han cambiado. No estamos exactamente igual ahora que hace dos meses y medio, cuando ETA anunció el cese de su actividad criminal», afirmó ayer el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, en su desayuno de año nuevo con los medios de comunicación. A su juicio, la nueva coyuntura política «supone tener que cambiar las cosas y buscar marcos de convivencia».
El «número dos» del Gobierno navarro hizo balance ayer de sus meses de mandato, intentando minimizar las diferencias entre UPN y PSN, aunque sí mantuvo que puede haber discrepancias entre ambos socios en torno a la resolución del conflicto.
«El inmovilismo no es una buena cosa», señaló Jiménez. En este contexto, el vicepresidente navarro recordó que «no tenemos firmado absolutamente nada con nuestro socio en esta materia». Y comentó que llegar al acuerdo en el seno del Gobierno navarro con Yolanda Barcina es «deseable», pero no «necesario». Habló de esa necesidad de «nuevos marcos de convivencia» como «eje de su política» a futuro. A pesar de ello, el vicepresidente aseguró que perviven actitudes «que no son edificantes».
A este respecto, Jiménez se mostró abierto a conversaciones y diálogos entre el PSN y la izquierda abertzale, pero no a «negociar». No obstante, indicó que futuros acuerdos resultarían positivos.
El problema llegó a la hora de concretar en qué consiste esa búsqueda de marcos de convivencia. Requerido por los periodistas, Roberto Jiménez se cerró en banda con respecto al acercamiento de los presos políticos a Euskal Herria. Apremió a los encarcelados a que se arrepientan para que se les deje de aplicar la dispersión, que calificó como una herramienta más que el Estado ha empleado en la lucha contra ETA y que «se ajusta a Derecho».
Aun así, insistió en que su posición con respecto a la política penitenciaria no es la de la izquierda abertzale, pero tampoco la del PP, sino que el PSN intenta mantener una equidistancia entre ambas. Los periodistas le inquirieron por las diferencias que puede haber entre el discurso del PSN y el del lehendakari Patxi López. Jiménez respondió que López y él han hecho públicas sus opiniones pero que, en todo caso, ambas no se encuentran muy alejadas.
El futuro del PSOE y la crisis
Por otro lado, Roberto Jiménez arremetió contra las medidas anticrisis que impulsa el Gobierno de Mariano Rajoy. Como vicepresidente de Nafarroa, aseguró que en lo posible no aplicarán muchas de estas recetas, pero advirtió de que algunas de las decisiones que se adoptan en Madrid serán de obligado cumplimiento. Por ejemplo, adelantó que el salario de los funcionarios se congelará y que tendrán que plegarse al precario régimen de reposición de puestos que ha decretado Moncloa. Por contra, señaló que la ampliación de los horarios de los trabajadores públicos no tiene por qué seguirse en Nafarroa. Pero abrió la puerta a nuevos recortes, en base a la previsión de bajada de ingresos, aunque dijo confiar en que el aumento en la tributación sirva de contrapeso. Afirmó que Nafarroa afronta la crisis en mejores condiciones que el Estado, pero que eso no implica que los navarros estén «exentos de más sacrificios».
En cuanto al debate en el PSOE, Jiménez dijo que Alfredo Pérez Rubalcaba es su favorito «porque no hay otro». Al mismo tiempo, aseguró que el animó al diputado del PSN, Juan Moscoso, a sumarse al equipo del candidato Rubalcaba.
Patxi Zabaleta augura que el pacto UPN-PSN «explotará» a medio o largo plazo. Las medidas neoliberales que PP y UPN obligarán a practicar al PSN serán las causantes de la ruptura, según el coordinador de Aralar.