Los grandes bancos fueron ayer los primeros culpables en la caída de los índices europeos. Todo comenzó con el anuncio de ampliación de capital del italiano Unicredito, que pretende captar 7.500 millones de euros y ofrece un descuento del 43% respecto al precio del pasado martes. Pero el desgaste era aún mayor dentro del Estado español por la elevación de la prima de riesgo hasta los 350 puntos básicos, una reacción enlazada con las malas previsiones de crecimiento económico para el 2012 y la dificultad añadida de la desviación del déficit público descubierta por el Gobierno de Mariano Rajoy. Al otro lado del Atlántico, aunque a paso lento, la macroeconomía toma mejor cariz a cada mes que pasa. Ayer, el optimismo vino de los pedidos de fábrica contabilizados en noviembre, que crecieron un 1,8% frente a la contracción del 0,4% anterior. Este último dato, aunque positivo, no sirvió para detener las caídas en Europa. El Ibex perdía un 1,72%, y hoy saldrá con 8.581,80 puntos. El mismo color rojo alcanzó a Londres (-0,55%), Fráncfort (-0,89%) y París (-1,59%). En el Ibex, Santander (-3,59%) y BBVA (-2,94%) tiraban con fuerza hacia abajo, aunque Iberdrola (-2,32%) y Telefónica (-2,12%) no lo hacían mucho mejor. El peor fue Gamesa (-6,84%), arrollado por las malas previsiones de negocio de su competidora danesa Vestas (-19%). Caixabank (+1,31%) fue el más alcista. En París, Alcatel-Lucent (-6,37%) registró el mayor derrumbe. Los bancos Société Générale (-3,41%), Crédit Agricole (-3%) y BNP Paribas (-2,19%) no se apartaron de la senda bajista del sector. EADS (+0,26%) fue el único ganador.