Como una acción de estimulación cívica se comunica socialmente la concesión de los Atila, Nerón, Herodes, Judas y Job Sariak de 2011. Premios destinados a las personas e instituciones que de forma entusiasta han dedicado todos sus esfuerzos y capacidad a la destrucción de los valores de la naturaleza, la cultura, la lengua, la ciudad, el patrimonio monumental y la identidad de Euskal Herria. Por premura, falta de coordinación y de divulgación al no haberse difundido las bases adecuadamente en los medios de comunicación y la carencia de una elemental organización que recoja, con visión nacional, candidaturas para someterlas a debate, se ha debido actuar algo restrictivamente, pero no obstante existen galardonados.

El jurado popular, que ha considerado la oportunidad de los candidatos propuestos por diversas entidades y personas, ya en las deliberaciones previas valoró en los nominados su paupérrimo sentido del equilibrio medioambiental, la urbanidad, los significados inherentes a la ciudad y las referencias sociales y patrimoniales que conforman la vida colectiva de nuestro país. Apreció genéricamente en todos los nominados una ostensible carencia de sensibilidad, una absurda exhibición de brutalidad, su manifiesta ignorancia cultural, una preocupante pérdida de autoestima, un desprecio social inaceptable, enorme prepotencia personal, atributos recurrentes y reincidentes que suelen estar acompañados, muy especialmente, del entusiasmo desmedido por agitar y centrifugar el dinero. Asimismo, considera la actitud déspota de nula transparencia administrativa, consenso y participación ciudadana en la toma de decisiones y como consecuencia de todo ello, la barbarie cometida. Ahora, la sociedad desbordada ante tanta perversidad, ineficacia, perjuicio e infelicidad colectiva, no puede por menos que expresar su hastío y rechazo a estos personajes con unos premios acusatorios. Los galardonados son:

El Premio Atila al arrasamiento de la tierra y la destrucción del territorio, en este caso incluso del país, ha sido concedido por aclamación del Jurado al desdichado consejero de Transportes del Gobierno Vascongado, Sr. Iñaki Arriola (PSE), por su agresivo despropósito de persistir e imponer un irracional proyecto de trazado ferroviario que supone la mayor atrocidad cometida a lo largo de la historia de nuestra vieja y bella Euskal Herria.

El Nerón a la demolición de los valores referenciales de la ciudad, atendiendo a los meritos acumulados en este año, una vez más en el Ayuntamiento de Bilbao que se concreta y reparte entre el trinomio más brutal que pueda existir en una ciudad democrática europea. El alcalde Sr. Iñaki Azkuna y los concejales Sr.José Luís Sabas y Sr.Ricardo Barkala todos ellos del PNV por su reiterado instinto básico destructor derribando absurdamente notables arquitecturas de la villa: Kukutza, Garaje RAG y Cuarteles de Garellano. Ha merecido una mención especial el obispado de Iruñea por la colosal rapiña del patrimonio monumental religioso de Nafarroa.

El trofeo Herodes distingue a aquellas personas que suprimen los sentimientos de la infancia expresados en creencias e ilusiones. De nuevo el alcalde Azkuna quien en su afán por españolizar la villa deforma el sentido de la tradición modificando festividades que tienen un arraigado sentido popular, Olentzero, descontextualizándolo formalmente, para favorecer a determinados clanes comerciales afines y en el ámbito de juventud por su indisimulable odio a toda expresión de abertzalismo al ordenar cerrar dos txosnas en Aste Nagusia.

El premio Judas a la hipocresía y falsedad por la gravedad de los acontecimientos analizados ha sido compartido entre cuatro nominados. La Sra. Arancha Quiroga (PP), presidenta del Parlamento vascongado, conocidos sus deplorables antecedentes, por su cínica actitud y palabras el pasado 3 de diciembre, Euskararen Eguna, en dicha sede fingiendo un interés por la lengua propia del país. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, por sus denigrantes mentiras en las violentísimas acciones de hostigamiento social por sus policías en el desalojo y protestas de Kukutza. El comisario de España en nuestra tierra Mikel Cabieces por su denigrante encubrimiento de los guardias civiles que torturaron a Porttu y Sarasola presentándolos como sufridos agentes. Y el viceconsejero de Obras Públicas y Transportes, Ernesto Gasco, por su rastrera venganza al destituir injustificadamente a una relevante personalidad europea en el ámbito de la cultura ferroviaria como es Juanjo Olaizola, director del Museo Vasco de Ferrocarril en Azpeitia. Este galardón contempla un plato de judías para aquellos que se dejan comprar aceptando cargos irregularmente como la persona que ha aceptado entusiasmada sustituirle en el museo, Maite Ostolaza.

El premio Job, a la paciencia a todos los que soportan la cadena vasco-española EiTB, por la cantidad de basura y españolidad que emiten con demasiados despreciables colaboradores fascistoides generosamente retribuidos con dinero público vasco. Y de modo genérico por la absoluta carencia de rigor, estilo, calidad e identidad. Prefieren dedicarse hasta el delirio a la Lotería Nacional Española o a aburrir con el repetitivo recitado del corrupto monarca jefe de las fuerzas armadas de país vecino.

Para el próximo año confiamos en una organización y una propagación mucho más extensa así como una ampliación del repertorio de premios a otras consideraciones dañinas para Euskal Herria.