El PNV llega a su VI Asamblea en un contexto que no había previsto
El PNV aprobará en su VI Asamblea General, que se desarrollará el 14 y el 15 de enero en el BEC, las líneas estratégicas que seguirá el partido en los próximos cuatro años, con la vista puesta en la «institucionalización» del derecho a decidir para «seguir creciendo como nación». El proceso iniciado hace seis meses se ha visto condicionado por la declaración de ETA y algunas divergencias internas aireadas.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
El BEC de Barakaldo acogerá los días 14 y 15 de este mes a los 700 afiliados del PNV que, en representación de 256 organizaciones municipales, tomarán parte en su VI Asamblea General. Será el cierre de un proceso de debate entre los jelkides condicionado -como ayer reconoció la secretaria del EBB, Belén Greaves- por el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria tras la declaración de ETA del 20 de octubre, en la que comunicó el cese definitivo de su actividad armada.
En el último medio año, los militantes han debatido tres documentos estratégicos, dos de los cuales -los titulados ``Trabajando el mañana'' y ``Euskadi, Nación Europea''- han debido ser modificados sustancialmente tras la histórica decisión adoptada por ETA y ante el cariz que ni los analistas jelkides estimaban que podía adquirir la crisis económica. El otro, la reforma de los estatutos, ya fue aprobado y la próxima semana en la Asamblea tan solo se ratificará, tal y como apuntó Greaves.
Cada una de las ponencias, según la secretaria del EBB, recibió en torno a 500 enmiendas, en su mayor parte efectuadas por los propios autores de los documentos para «actualizar» sus análisis de la realidad política y económica, por lo visto poco atinados en sus previsiones. Entre un 60% y un 70% han sido admitidas, otras 20-25% transaccionadas y alrededor del 10% restante -un centenar en total- se discutirán en Barakaldo.
En la primera jornada se debatirán y aprobarán ambas ponencias, además de ratificar la reforma de estatutos, para seguidamente designar a los ocho burukides electos del EBB. Para el domingo se reserva la elección del presidente, cargo al que solo opta Iñigo Urkullu. Luego, habrá un acto público en el mismo recinto ferial.
Sin duda, los pasos adoptados por ETA van a condicionar la estrategia del PNV. «El escenario político es hoy reflejo de la participación política plena con que se han celebrado los comicios del 22 de mayo y del 20 de noviembre», manifestó Greaves, que añadió que «el escenario institucional es el mejor reflejo de la `Euskadi a cuatro' que se ha definido en el año 2011».
De ahí la actualización de su propuesta política, recogida en la ponencia ``Euskadi, Nación Europea'', donde apuestan por «seguir creciendo como nación» en los próximos cuatro años. Proponen, según detalló Greaves, dar pasos en la paz y la concordia; la actualización de los derechos históricos con la «institucionalización» del derecho a decidir; un acuerdo abierto para el siglo XXI; la recuperación de un gobierno comprometido con su país; el pacto de cooperación para el empleo y el desarrollo económico con un sistema vasco de relaciones laborales; «una Euskadi presente en el mundo»; y «cercanía, comunicación, participación, transparencia y lucha contra la corrupción».
La burukide, que no opta a la reelección, destacó del año pasado los acuerdos de su partido con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero que «han puesto de manifiesto que el cumplimiento íntegro del acuerdo estatutario era y es posible».
Ahora, aguarda a ver la disposición del PP, a quien se han ofrecido «en la construcción del nuevo tiempo y la búsqueda de la paz», como el propio Mariano Rajoy se comprometió en el debate de investidura ante el diputado Josu Erkoreka.
No faltan tampoco en el análisis las críticas al Ejecutivo de Patxi López, al que la crisis, en su opinión, muestra como «agotado» y sin sintonía con su socio preferente, el PP, en temas como la prórroga de Garoña, la política fiscal o el proceso de fusión de BBK, Kutxa y Caja Vital.
Los jelkides acusan a Bildu de estar «paralizado ante la presión de la responsabilidad de la gestión en el día a día». A la izquierda abertzale, de estar «volcada permanentemente en un victimismo en el que se siente a gusto».
El PNV afronta este cónclave en un «contexto de cambio y renovación», con el nivel de representación institucional más bajo desde 1977 y sin autocrítica alguna por esta realidad «en un partido de gobierno».
Aunque el liderazgo de Iñigo Urkullu parezca más firme cuatro años después de su elección en el Palacio Euskalduna de Bilbo tras un periodo tenso y convulso para definir el relevo de Josu Jon Imaz, en el proceso de debate abierto con la VI Asamblea General han vuelto a ser perceptibles las divisiones en el seno del PNV. Sin grandes estridencias en cuanto a la línea política del partido, las críticas se han centrado en la necesidad de cambiar o no el proceso electoral interno para designar a las ejecutivas u otros cargos, destacando por su repercusión mediática la reflexión efectuada por el senador Iñaki Anasagasti en su blog.
Otro de los puntos de fricción que queda por despejar es la identidad de los ocho burukides electos del EBB, donde los más votados han sido los vizcainos Joseba Aurrekoetxea, Lorea Bilbao, Nekane Alonso, Koldo Mediavilla e Iñaki Goikotxeta, los alaveses Pilar García de Salazar y Gonzalo Sáenz de Samaniego, y el guipuzcoano Aitor Olaizola. La regla no escrita del partido es que cinco representen a Bizkaia, dos a Gipuzkoa y uno a Araba, regla que pudiera romperse el 14 de enero si finalmente son designados dos alaveses y un guipuzcoano. A.G.