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Afirman que el empleo de Magna no justifica el destrozo ambiental en Zilbeti

La promesa de Magna de mantener los 180 puestos de trabajo de su factoría de Zubiri no puede ser una patente de corso para que esta empresa destroce una zona protegida para abrir una mina en Zilbeti, según destacaron ayer los colectivos que se oponen al proyecto.

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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

Los colectivos que se oponen a la mina a cielo abierto que Magna quiere abrir en Zilbeti rechazan con firmeza el argumento de la creación de puestos de trabajo que la empresa utiliza para tratar de justificar la puesta en marcha de esta explotación, destacando que la actividad minera es incompatible con las actividades habituales en el Pirineo, como la ganadería o el turismo.

En este sentido, María Ángeles García, de la Coordinadora Monte Alduide, denunció que los ayuntamientos de Esteribar y Erroibar siempre han puesto trabas a iniciativas para crear trabajo en la zona «y ahora todo son facilidades para abrir una mina ilegal». Recordó que Magna no ha creado nuevos puestos de trabajo en Zubiri en los últimos años -de hecho ha reducido plantilla- y que los nuevos empleos han sido creados en el sector turístico vinculado al Camino de Santiago.

Ramón Elósegui, de SEO/BirdLife, subrayó la ilegalidad de la tala de hayas que Magna está llevando a cabo actualmente en Zilbeti, así como del conjunto del proyecto. Así, destacó que no existe autorización para proceder a la tala y extracción de 800 toneladas de mineral para pruebas que se está registrando estos días, así como que Magna incumple la prohibición de que los camiones que transportan el mineral circulen por el casco urbano de Zilbeti.

También recordó que Magna no cuenta con los permisos necesarios para las dos bocas del túnel minero que son imprescindibles para la viabilidad de la explotación. Aunque tiene la autorización de Erroibar para perforar la boca sur del túnel, la norte, situada en Kintoa, necesita también el permiso de Baztan, que ya ha mostrado su rechazo.

En cualquier caso, Elósegui destacó que todo el proyecto de mina de Zilbeti no cumple con la legalidad, ya que el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa (TSJN) tiene que resolver todavía un recurso contencioso-administrativo basado en la consideración de espacio protegido del entorno por su valor natural.

García mostró su temor de que la resolución judicial sobre Zilbeti se produzca cuando la cantera ya esté en marcha, tal y como ha ocurrido con las térmicas de Castejón o el pantano de Itoitz, que fueron declarados ilegales por los tribunales cuando los proyectos ya estaban finalizados.

Por su parte, Xabier Villanueva, de Erdiz Bizirik, criticó al Gobierno navarro por no haber mostrado la misma sensibilidad ante la pérdida de empleos por el cierre de empresas o los ERE en Sakana que ante las demandas de Magna, que emplea directamente a ocho operarios de Baztan y a unos veinte transportistas. «Se ve que hay unos puestos de trabajo más importantes que otros y que ahora todo un valle se tiene que plegar ante las exigencias de Magna», señaló.

Villanueva recordó que el proyecto de mina a cielo abierto en Zilbeti surgió tras no poder llevar a cabo el que inicialmente tenían previsto en Erdiz y que la propia empresa ha reconocido que Zilbeti no es más que un proyecto de transición para garantizar el mantenimiento de la actividad minera a la espera de volver a intentar perforar en Erdiz. Tanto Erdiz como Zilbeti pertenecen a la misma veta.

Magna tiene todavía otro proyecto en el Pirineo, una mina de sílice en Mendiaundi, Aurizberri, otro entorno protegido por su valor natural, según explicó Xabier Errea, de la Coordinadora Monte Alduide. Este proyecto ha vuelto a ser presentado a las autoridades locales, a pesar de que en marzo de 2007 fue desestimado por el Gobierno navarro por su incompatibilidad con la protección natural. Tras la suspensión del proyecto de Erdiz en 2008, Magna ha vuelto a rescatar la mina de Aurizberri.

Errea también criticó con dureza al Gobierno navarro por haber permitido conscientemente el despoblamiento de los valles pirenaicos al no tomar medidas para impedir el abandono de las explotaciones ganaderas.

«Si antes en cada pueblo había veinte ganaderos, ahora queda uno. En cambio, sí que apoyan ahora iniciativas que conllevan grandes agresiones al medio ambiente con la excusa de que crean puestos de trabajo. Es de un cinismo insultante», añadió Errea.

fertiladour

Magna pertenece al grupo Roullier, denunciado en Lapurdi por haber contaminado terrenos en el puerto de Baiona a través de otra de sus filiales, Fertiladour. Pese a ello, se presenta como defensora de la naturaleza.

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