Varias embarcaciones rápidas con bandera iraní salieron al encuentro de un buque militar estadounidense y otro de la Guardia Costera «con un comporta- miento provocativo» en el conflictivo Estrecho de Ormuz y en el Golfo Pérsico, informó la cadena estadounidense CNN.

Tres lanchas iraníes se acercaron el 6 de enero a menos de 300 metros ignorando las advertencias del «USS New Orleans», un buque anfibio de transporte, lo que se considera un desprecio a los protocolos marítimos, según dijo un funcionario militar a la CNN. El mismo día, una unidad de la Guarda Costera de EEUU fue «hostigada» por un barco y otras pequeñas naves de la Marina iraní a 120 kilómetros al este de ciudad Kuwait.

Aunque la Marina de EEUU ha tenido encuentros rutinarios con fuerzas navales iraníes desde hace años, sus militares dicen observar en las últimas semanas una acción más agresiva.

Tropas en alerta

El Gobierno de EEUU ha elevado, por otro lado, el nivel de alerta de sus tropas en la región para proteger sus dependencias de posibles ataques porque teme que Israel esté preparando una acción militar unilateral contra Irán, según confirmaron fuentes oficiales al diario estadounidense «The Wall Street Journal».

Según estas fuentes, el presidente, Barack Obama, y su secretario de Defensa, Leon Panetta, han trasladado a Tel Aviv «mensajes privados y directos» para advertirles de las consecuencias de un ataque y han insistido en que aguarde hasta que las sanciones económicas impuestas a Irán surtan efecto.

Pruebas de Teherán

Por su parte, Teherán anunció ayer que tiene documentación y pruebas de que el atentado que el miércoles costó la vida al científico nuclear Mustafah Ahmadi Roshan fue «planificado, guiado y apoyado por la CIA».

Al hilo de esta cuestión, la revista «Foreing Policy», que cita varios memorandos de la CIA de 2007 y 2008, informa de que agentes del Mossad se hicieron pasar por espías de la agencia estadounidense para reclutar a miembros del grupo extremista suní de Pakistán Jundallah con el fin de cometer atentados contra Irán y su Gobierno.

Según el periodista Mark Perry, que afirma que los reclutamientos se produjeron mayoritariamente en Londres, la operación se llevó a cabo a espaldas del Gobierno de EEUU, lo que provocó la ira del entonces presidente estadounidense, George W. Bush.