Cerca de doscientas personas secundaron ayer la concentración del colectivo «Araba sin Garoña» para reclamar que la Diputación Foral de Araba lidere la reivindicación del cierre inmediato de esta central nuclear.

La concentración, desarrollada en la Plaza de la Provincia y que contó con la presencia de personalidades del movimiento sindical, vecinal, social o político alavés, se celebró en silencio y detrás de una pancarta en la que se leía «Respetad la decisión del pueblo. Garoña cierre ya». Asimismo, los manifestantes portaban lemas como «Garoña = Fukushima» o «¿Green capital? Futuro negro radiactivo».

«Araba sin Garoña», que agrupa a unas sesenta asociaciones y cuenta con el respaldo de varios partidos, pretendía, con esta protesta, exigir a la Diputación de Araba y al Ayuntamiento de Gasteiz, ambos gobernados por el PP, que «abanderen» esta reivindicación ante el Gobierno de Mariano Rajoy.

En declaraciones a los medios de comunicación, el portavoz de la plataforma Alberto Frías detalló que la ubicación de la concentración se debe a que la Diputación alavesa es la institución «más representativa» del herrialde y a que es en ella donde se han aprobado en los últimos doce años y por diferentes gobiernos más de 22 mociones en las que se pedía el cierre de la central.

A juicio de este colectivo, en estos momentos existe «un desajuste» entre la representatividad política y la voluntad popular ciudadana. Y defendió, en este sentido, que la institución alavesa «debe abanderar la petición del cierre y ponerse a la cabeza de la voluntad mayoritaria de la población alavesa, que ha demostrado en la calle su apoyo al cierre en numerosas ocasiones».

Asimismo, Frías rechazó las «declaraciones vacías de contenido» realizadas al respecto por distintos agentes y defendió que «es hora de pasar de las palabras a los hechos porque mociones para salir del paso y declaraciones que salgan gratis, no sirven en estos momentos». «Esta concentración solo sirve para decir que los silencios cómplices y las palabras a medias ya no nos sirven», apostilló.

El portavoz del colectivo demandó al Ejecutivo español que el «seguidismo» que se da en materia económica de las políticas del Gobierno alemán también se haga con las centrales nucleares, ya que según explicó, tras el accidente de la central de Fukushima, Alemania cerró todas las centrales construidas antes de los años 80.

Hoja de ruta

Esta movilización se produce después de que el Ministerio español de Industria, Energía y Turismo anunciara a principios de mes que encargará un informe al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para conocer la posibilidad de prolongar la vida útil de esta central, ubicada a unos 60 kilómetros de Gasteiz, después de 2013.

Ese año fue el decretado para el cierre por el anterior Gobierno del PSOE, pese a que el CSN había emitido un informe favorable en el que autorizaba a Garoña a seguir funcionando hasta 2019.

Frías recordó en el transcurso de la concentración que tras la decisión del anterior Gobierno, la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) elaboró y entregó al Ministerio de Industria a finales de diciembre del año pasado el plan preliminar de desmantelamiento de Garoña, por lo que sostuvo que se siga la «hoja de ruta» marcada para su cierre en 2013 como muy tarde».