Lo extraordinario, lo heróico, lo sorprendente suele gustar y hasta ejerce en muchas ocasiones de enganche para los aficionados. Pero habitualmente, los grandes objetivos necesitan una buena cantidad de otro ingrediente: las tardes de jornaleo, esas en las que tranquilamente caen un par de paquetes de pipas antes de que se pueda celebrar, con suerte, el gol de la victoria. La normalidad, el «partido a partido» al que apelan con insistencia los profesionales.

En definitiva, los encuentros de pico y pala, que sustentan la temporada y que, de momento, le están yendo de maravilla a Osasuna. Tanto que una victoria aseguraría a los rojillos acabar -la próxima semana, con la disputa de la primera jornada- la primera vuelta en posiciones europeas. Y pueden estar en un momento idóneo para apuntalar esa situación porque los caprichos del calendario han querido que el equipo dispute tres encuentros consecutivos en El Sadar, donde las cosas se le están dando especialmente bien.

Aunque José Luis Mendilibar no quiere ni oir hablar de las cuentas de la lechera. «Solo vamos a pensar en uno y sin pensar en cuántos puntos podríamos sacar entre los tres. Le damos importancia al primero y punto. Si ganamos al Racing, ya pensaremos en el Valencia y después del Valencia, ya pensaremos en el Atlético de Madrid», subrayó el técnico, pese a reconocer que la trayectoria de sus hombres como locales invita al optimismo. «Estamos fuertes en casa. Y cuando no estamos del todo bien, hemos estado acertados de cara a gol como para poder sacar los partidos adelante».

Pero eso no significa que siempre vaya a ser así -recordó el zaldibartarra, en este sentido, la pobre actuación de su equipo en el derbi de Anoeta, donde «no hicimos casi nada bien. Lo único que hicimos bien fue mantener la puerta a cero, y también fue demérito de ellos»-, de la misma manera que las plazas tan distantes que ocupan Osasuna y Racing en la clasificación tampoco significa que los rojillos se vayan a comer al equipo cántabro. Entre otras cosas porque el equipo de Juanjo González atraviesa su mejor momento de la temporada, con cuatro partidos en positivo -aunque tampoco hay que pasar por alto que tres de ellos los ha disputado como local-. De hecho, Mendilibar considera que el de esta tarde es un partido «para tener paciencia» porque el equipo verdiblanco «es un equipo tranquilo, que se cierra bien. Aunque no renuncie al ataque, prioriza mantener la portería a cero y encaja pocos goles. Hasta que no abramos la lata, va a ser complicado, y todavía más si logran adelantarse, así que no nos tenemos que volver locos. Sobre todo hay que ser pacientes», insistió el técnico que, como hiciera al referirse a las posibilidades de su equipo ante la disputa de tres encuentros consecutivos en el Sadar, tampoco quiso excederse en su discurso a la hora de analizar las consecuencias de un posible triunfo frente al Racing. «Es un partido entre equipos que empezaron la temporada con el mismo objetivo -aseguró-. Y es importante porque, viendo los puntos que tenemos, si sumamos mantendremos la ventaja con las posiciones de abajo». Ninguna mención europea de momento y sí mucha normalidad de esa que tan bien le sienta a Osasuna.

Raitala, recuperado pero fuera

Normalidad que también recupera la convocatoria rojilla, de la que desaparecen todos los jugadores del segundo equipo excepto Satrustegi al que, de todos modos, pocos consideran ya del filial a efectos prácticos. Precisamente el jugador fichado para defender el ala zurda, Raitala, recibió ayer el alta médica, aunque se quedó fuera de la lista, al igual que el también recuperado Rubén y Ricardo.

Sí están esta vez los hombres que se tomaron un respiro el pasado jueves y que se incorporarán igualmente a un once bastante más normal, valga la redundancia, que el que se enfrentó al Barcelona.