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Destino Madrid: los vascos también pisarán la alfombra roja de Los Goya

Muchas caras conocidas pasearán por la alfombra roja del Palacio de Congresos de Madrid el próximo 19 de febrero con motivo de la entrega de los premios Goya que otorga cada año la Academia de Cine española. Pero, junto a rostros como el de José Coronado, Luis Tosar o Pedro Almodóvar, habrá también una representación destacada del cine vasco.

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Maddalen LARRINAGA

Tal es que caso de Unax Mendia, quien ha sido el director de fotografía de la película «No habrá paz para los malvados», dirigida por el bilbaino Enrique Urbizu. La película ha conseguido un total de catorce nominaciones, mejor película y dirección incluidas, y entre ellas se encuentra la del trabajo de Mendia. Hoy en día está inmerso en la grabación de la teleserie «Gran Hotel», de Antena 3, algo que no había probado hasta ahora y que le permite abrir «nuevos horizontes». Dice que se siente contento y halagado por la nominación, tanto por la suya como por el resto que ha conseguido el film estrenado con excelentes críticas, aunque no premios, en la pasada edición de Zinemaldia. «Que un thriller, una película tan de género que quizá no llegue al gran público, haya funcionado de esa manera lo valoro de forma super positiva y da un poco de esperanza a que pueda llegar a ese gran público. No solo lo han de conseguir las comedias o las películas quizá más ligeras, sino también las que tienen un contenido importante tanto en el fondo como en la forma. Para mí es genial, porque van en la dirección del cine que me gusta hacer a mí», explica Mendia desde Santander.

Y es que a este director de fotografía, que ha trabajado en una gran variedad de proyectos, lo que más le gusta es hacer películas de género y fantásticas: «Me siento más cómodo trabajando en esos géneros. Son los que más me gustan y donde me siento más cómodo. Quizá lo disfrute más y me parece que cuesta menos, pero en realidad cuestan mas de preparar y planificar».

«No habrá paz para los malvados» es el segundo proyecto donde ha trabajado junto a Enrique Urbizu. «Es una maravilla como persona y como director. Es muy cómodo trabajar con él. Ha habido una compenetración absoluta y creo que ha sido una colaboración muy fácil. Hay otras películas que quizá son más incómodas, tienes que encajar un poco más con el director y con sus ideas. Pero con Enrique todo fluye de una manera muy natural», explica el gasteiztarra.

Más allá de la posibilidad de ganar el premio Goya a la mejor dirección de fotografía, Unax Mendia no se para a pensar en metas futuras: «Aspiro a seguir trabajando, que no es poco», dice entre bromas. «Mis metas son cada proyecto al que me enfrento y que cuando termine uno venga otro», añade.

Junto a «No habrá paz para los malvados», la otra gran favorita de esta edición es «La piel que habito», dirigida por el manchego Pedro Almodovar, y cuya banda sonora, compuesta por el donostiarra Alberto Iglesias, también ha sido nominada. Iglesias es un compositor polivalente, que lo mismo hace bandas sonoras que ballets o partituras para cuartetos de cuerda. Además, tiene en su haber once nominaciones a los Goya, de los cuales ha ganado nueve y camina hacia la décima.

Pero, a pesar de la gran producción de este año en el cine vasco, las candidaturas a los Goya no se han hecho eco de ella y, además de que algunas ni siquiera han conseguido nominación alguna, otras que podían hacerlo se han quedado fuera de las grandes categorías. Así, «La chispa de la vida», del bilbaino Álex de la Iglesia se ha tenido que conformar con pequeños premios de interpretación al igual que «No tengas miedo» de Montxo Arméndariz, que solo ha obtenido la nominación a la mejor actriz revelación por el trabajo de Michelle Jenner, a pesar de que ambas eran dos favoritas.

Trasladándonos a candidaturas más «modestas», encontramos un corto documental sobre el vizcaino Mikel Trueba, un enfermo de Esclerosis Múltiple Amiotrófica (ELA), una enfermedad neuromuscular degenerativa, dirigida por el sevillano José Javier Pérez y titulada «Alma». «No nos esperábamos la nominación porque no sabíamos qué respuesta iba a tener. Que estemos nominados significa que el documental está llegando a la gente, y también Mikel, que es lo importante», explica feliz Pérez.

«Alma» nació a través de las historias que la tía de Pérez, quien trabajó mucho tiempo con enfermos terminales, le contaba a su sobrino. «Me contaba experiencias vividas y cosas que había aprendido de los enfermos. Y, a través de un amigo que vive en Bilbao, que tiene una residencia geriátrica, buscamos personas con un perfil concreto, personas optimistas, gente que tiene algo que enseñar, y ahí dimos con Mikel», cuenta el sevillano.

Documentando vidas

Como buen documental «Alma» persigue varios fines. «El principal es la difusión y concienciar a la gente sobre cómo afrontar el final de la vida. Cosa que en principio todos dejamos de lado y obviamos y, evidentemente, todos vamos a pasar. También es dar a conocer la ELA, que es el fin que buscaba Mikel, al igual que dejar un legado, a su familia, a su hija, que aún es pequeña». Durante una semana de rodaje, Pérez casi convivió con Mikel y su familia. Su labor no solo fue rodar con Mikel: se conocieron, hablaron y compartieron momentos. «Fue una experiencia muy bonita, sobre todo conocer un poco más de cerca a Mikel, a Rosana y a Ane y todo su entorno. Fue una experiencia vital. No solo grata, sino también vital», expresa Pérez.

Junto «Alma» también compite «Virgen negra». Dirigida por el navarro Raúl de la Fuente narra la realidad de las mujeres de Mozambique, pueblo polígamo donde las mujeres viven su sexualidad según esa práctica. Las protagonistas son cinco mujeres que muestran que las bodas pactadas son el pan de cada día, que las casan cuando aún son niñas y a cambio de una dote. Además, si la novia llega virgen al matrimonio, el padre conseguirá una dote más alta, por lo que ese detalle obtiene mucha importancia. «Para explicar bien la realidad grabamos dos secuencias: un parto en casa y una pareja haciendo el amor», explica Ramírez.

«La nominación ha sido una alegría», explica Amaia Ramírez, productora del cortometraje. «Esperamos que de ahora en adelante nos sirva de ayuda para llevar a cabo los proyectos que tenemos entre manos», añade. Y es que tanto De la Fuente como Ramírez están ya preparando en su siguiente trabajo, un largometraje documental sobre las vivencias que el periodista polaco Ryszard Kapuscinski tuvo durante su estancia en Angola en la llamada Revolución de los Claveles.

«Estar nominado está bien. Ganar un Goya está mejor»

Gregorio Muro, director del trabajo nominado a mejor corto de animación por «Zeinek gehiago iraun», se expresa con sinceridad y explica que la nominación, aunque ya sea un logro, siempre es menos que ganar: «Cuanto más tengas mejor, evidentemente. La nominación está bien, ganar está mejor», dice. «La nominación supone un prestigio y un logro para el cortometraje y su vida. Acaba de empezar, luego estará en más festivales y, si viene avalado por premios o nominaciones, es mucho más aceptado en los demás festivales y lo va a ver más gente. Realmente voy buscando el viento para que funcione mejor». Pero, en su opinión, mejor incluso que la nominación, es haber entrado a formar parte del proyecto Kimuak, gracias al cual su trabajo puede moverse mucho más ampliamente. «Para moverlo por ahí Kimuak es impresionante, es una de las mejores herramientas que podemos tener los cortometrajistas en Euskadi. Si me hubiesen nominado fuera de Kimuak estaría más descontento que si estuviera en Kimuak», explica el director. M. L.

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