A la plantilla del Gescrap Bizkaia Bilbao Basket se le achaca una media de edad excesiva, ser una especie de «cementerio de elefantes» donde carreras prósperas languidecen. Sin embargo, estos mismos «abuelos» pueden demostrar que les sobra garra y que su experiencia en partidos a cara de perro puede dar victorias muy importantes. Raül López, Roger Grimau y, sobre todo, Alex Mumbrú, fueron los «yayos» que en la tarde de ayer arrancaron un gran triunfo de la cancha del Valladolid.

Los hombres de negro debieron tirar de garra y de mucho amor propio para doblegar al conjunto pucelano. Desde un inicio arrollador de Hervé Touré, que le sacó los colores a la defensa bilbaina con cuatro mates consecutivos, al errático partido de Fischer y sobre todo Jackson, que regaló un balón infantil al borde del descanso, presente que agradecería Robinson con un triple a la media vuelta y a tablero, pasando por la expulsión de Fotis Katsikaris al inicio del último tramo del tercer período tras ver dos técnicas consecutivas, Bilbao Basket se vio que pasaba el partido y acumulaba desventajas de hasta 13 puntos, con una decena, 60-50, que remontar cuando el primer entrenador debió tomar el camino a los vestuarios.

Si con una mala defensa -49 puntos encajados en los 20 primeros minutos-, 6 tapones recibidos y un pobre porcentaje en el tiro de dos -14 de 35-, los hombres de negro aún seguían en el duelo, era gracias a Mumbrú, que sumaba 20 tantos -lograría 26, aparte de 4 asistencias y 3 robos, para una valoración de 30-, mientras que apenas Banic le podía seguir con la mitad de puntos. De hecho, Bilbao Basket pasó de ir 51-39 a 51-48, pero tras varios triples pucelanos y la expulsión de Katsikaris, el luminoso se disparaba: 60-50.

Pero los bilbainos tiraron de carácter, y un par de acciones de Josh Fisher, más otras de Banic y Raül López, el último cuarto empezaría con absolutamente todo por decidirse: 60-59.

Los triples de Grimau

Y en estos últimos minutos, junto con López y Mumbrú, irrumpiría Grimau. El excapitán del Barcelona tiene una mecánica de tiro horrible, pero resultó clave con dos triples -uno de ellos a tablero- y otros dos tiros libres, aparte de que elevó el nivel defensivo de un Bilbao Basket, que supo dormir el partido tras adelantarse 69-76.

Todavía hubo segundos de suspense tras unos pasos de Jackson. El propio base de Hartford cerraría el duelo con un triple, para un triunfo que le debe a la garra de sus «abuelos».