Un peruano, miembro de la tripulación, y dos turistas franceses, cuyos cadáveres fueron recuperados en el mar, fallecie- ron en el naufragio del «Costa Concordia», el mayor crucero italiano, que el viernes por la noche encalló y quedó escorado frente a la isla de Giglio, en el centro del país. Entre 60 y 70 personas siguen sin ser localizadas y no se descarta que se encuentren en el interior del barco, y 40 pasajeros resultaron heridos de consideración. Francesco Schettino, comandante del navío, fue detenido acusado de homicidio culpo- so, naufragio y abandono del barco mientras muchos pasajeros seguían a bordo.

El accidente ocurrió cuando el «Costa Concordia», con 4.229 personas a bordo, la mayoría turistas italianos, franceses y alemanes, chocó contra una roca cerca de Giglio, cuando se dirigía desde Civitavecchia hacia Savona.

Aunque s desconocen las causas del siniestro, se baraja la posibilidad de que el capitán siguiera una ruta equivocada, ya que el crucero no debería encontrarse en el lugar donde sufrió el impacto contra las rocas a ambos lados de barco, que quedó escorado a 80 grados y encallado n un banco de arena de 30 metros de profundidad. En pocos minutos entró muchísima agua en la nave, según la Fiscalía. La primera reconstrucción de los hechos indica que Schettino se acercó demasiado a la costa e hizo una maniobra «inexperta» que provocó el choque del casco contra un escollo por su parte izquierda.

Los supervivientes narraron que estaban cenando cuando oyeron un fuerte golpe y el comandante llamó a la calma y aseguró que se trataba de un fallo eléctrico. Denunciaron que «la tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco» y la lentitud de las tareas de socorro.