La Real cerró la crisis abierta tras la eliminación copera con un triunfo oportuno que permite ampliar a siete el número de jornadas sin perder en Liga y aliviar la situación clasificatoria. Lo hizo gracias a su tercer partido sin encajar gol, con un sentido del sacrificio y de la solidaridad que permitió ganar al tercer equipo de la Liga con nueve canteranos en el once inicial.

La vuelta de este club a sus principios ha permitido recuperar conceptos que han sido básicos en su historia. Y ayer se vio a la Real de siempre, muy disciplinada, muy junta en defensa, combinada con el nuevo tipo de futbolistas que han salido de Zubieta, con una mayor calidad que permite jugar el balón con la confianza que ha adquirido el equipo en los últimos partidos.

Además la Real tuvo la suerte que le faltó ante Osasuna. A pesar de jugar un muy buen partido, los blanquiazules no merecieron ganar, como tampoco fue justo el empate en el derbi. Pero al final la justicia llega para el que se lo merece y el que más se lo mereció ayer fue Griezmann, que realizó un trabajo excepcional en defensa y además marcó un gol afortunado porque Rami desvió por dos veces disparos suyos y entre ambos el balón golpeó en la mano de forma involuntaria sin que Estrada Fernández lo sancionara.

Buena reacción

Ese gol afortunado permitió premiar la buena reacción tras la debacle copera. La Real sufrió en los primeros quince minutos, en los que Aduriz tuvo dos remates de cabeza, el segundo al larguero, en los únicos corners que lanzó el Valencia en todo el primer tiempo. En el segundo remató otro, fue la única faceta en la que superó a un Mikel González que está muy bien. Además Bravo respondió en el minuto 14 a un potente disparo de Pablo Hernández desde fuera del área y el equipo local llegaba al 66% de posesión de balón.

A partir de ahí, la Real retomó la buena línea de los últimos partidos de Liga. Empezó a combinar con criterio, defendió muy junta, tanto al presionar la salida de balón como cuando esperaba replegada con Griezmann, especialmente, y Xabi Prieto muy mentalizados en el trabajo defensivo, casi a la altura del área propia, motivo por el que Montanier prefirió al donostiarra antes que a Vela.

La buena colocación defensiva permitió recuperar el balón con facilidad y el Valencia dejó de inquietar. En la última media hora del primer tiempo sólo lanzó un disparo tan desviado como lejano de Banega, y la afición valencianista pitó al retirarse al descanso a su equipo porque era superado por el blanquiazul, al que solo le faltó traducir el dominio del balón en alguna ocasión de gol. El balance ofensivo del primer tiempo se redujo a un disparo de Xabi Prieto alto sin peligro desde fuera del área.

De hecho, la primera oportunidad realista fue la del gol de Griezmann, que llegó en un momento oportuno, porque el Valencia empezó el segundo tiempo fuerte con dos opciones de Pablo y Feghouli. A partir del 0-1, la Real apenas sufrió.

De hecho, la ocasión más clara fue de Griezmann y el buen trabajo defensivo hizo que con un gol valiera para ganar un partido en el que fue clave la Copa. La Real estuvo más fresca y agradeció jugar con su once de gala tras dar descanso a varios titulares el miércoles, sobre todo a Griezmann y Aranburu, mientras que las rotaciones de Emery no dieron resultado.