Cada día que pasa nos metemos en un agujero mas profundo. El paro sigue creciendo y nos dicen que continuará en esa senda. Quienes predicen sobre la evolución de la economía han tardado menos de tres meses en cambiar los números, y han vuelto a añadir mas incertidumbre a nuestras vidas. Si el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Patxi López fijo un crecimiento del 1,4% para todo este año en la presentación de los presupuestos, hace unos días se ha corregido a la mitad. De esa mitad, ni el mismo Mario Fernández, presidente de Kutxabank, se fía. Mientras tanto, siguen negociando la reforma laboral, que nos traerá más precariedad y menos salarios, a la vez que más desempleo. No hay que ser un adivino. Todas las reformas laborales que se han hecho han recortado derechos de los trabajadores. Esta no será diferente. De ello, se aprovechan los empresarios y los gobiernos. Porque es una manera de aligerar los costes de los trabajadores y, a la vez, engordar sus beneficios.

La realidad es que pocas veces aciertan los «hombres de la economía». Analizan la situación cuando ha pasado. Creo que tienen menos puntería que los del servicio meteorológico, con todos mis respetos. Llega un momento en el que te da igual si mañana hace bueno o hace malo, si llueve o nieva, porque dices con acierto ¡mañana será otro día, y veremos que hace! Con la economía estamos llegando al mismo punto de desasosiego: ¡digan lo que digan, a día siguiente seguro que viene alguien y nos fastidia!

Con la Naturaleza podemos aventurar algo, pero es difícil acertar, aunque es cierto que la tecnología está avanzando mucho. Sin embargo, donde nunca hay dudas es en la Economía, porque, de una parte a esta, quienes la controlan son los neoliberales y con esos no hay posibilidad de error: recortes, recortes y recortes. Haga sol o la economía vaya como un tiro, la respuesta de quienes siguen la doctrina neoliberal es la misma: quitar al que menos tiene para que ellos tengan más. Este desequilibrio sólo se contrarresta consiguiendo más poder, llevando a la calle la protesta para que estos políticos de tres al cuarto y estos empresarios de pacotilla sientan la presión, el aliento de la calle detrás de su oreja. Sólo así variarán, mientras tanto, nos seguirán jodiendo.