Sanse y Alavés empataron sin goles en un encuentro que tuvo poco de todo. Poco fútbol, poco brillo y aún menos ocasiones de gol. Aunque cabe destacar que en esa tesitura fueron los locales quienes dominaron y buscaron más la portería, ante un rival que no jugó a nada y que defraudó. Fue, en definitiva, la enésima palada de arena de un Alavés que no supo aprovechar el tropiezo del Eibar y el aplazamiento del choque del Amorebieta y que, por lo tanto, sigue mirando desde fuera los puestos de play-off. Aunque insuficiente, mejor le sentó el punto al equipo donostiarra, que parece empezar a salir del bache y se sitúa ya, de hecho, a solo tres puntos de la salvación.

Lo peor para los gasteiztarras, con todo, no fue el resultado, sino la sensación de que el equipo no encuentra el camino a seguir. Ayer se limitó a defender, sin apenas poner el pie en el área rival. Los muchos seguidores alavesistas que se desplazaron hasta Zubieta no pudieron más que acabar defraudados. Y es que ya desde el inicio se vio claro que el Alavés estaba falto de ideas ofensivas, basando su juego en proteger a Rangel, cediendo todo el control a su rival y limitándose a esperar una buena ocasión para salir a la contra. Para muestra un botón en forma de dato: el equipo de Granero solo chutó a puerta una vez durante toda la primera mitad. Eso sí, con gol de Quintanilla incluido. Y anulado, por fuera de juego.

Era el minuto doce de partido. Hasta el descanso, Mandaluniz no volvió a ver de cerca al rival. El Sanse, mejor colocado sobre el terreno de juego, llevó el peso del encuentro y dispuso de las mejores ocasiones, aunque tampoco su fútbol pueda catalogarse precisamente de brillante. Aunque al menos buscaba las bandas e intentaba intimidar a Rangel, que pronto tuvo que intervenir para detener un disparo colocado de Colinas. El 1-0 pudo llegar poco después, cerca de la media hora, en una falta lanzada por Pardo que se marchó fuera. La más clara para los locales llegó en el 37, cuando Rodríguez superaba a Rangel. Ya se cantaba el gol en la grada cuando apareció Luis Prieto para salvar sobre la misma línea.

Muy poco y muy tarde

La segunda parte fue aún peor. El Alavés continuó desaparecido ante un rival que, sin hacer nada del otro mundo, fue mucho mejor. Al equipo de Meho Kodro le siguió correspondiendo el peso del encuentro ante un Alavés que seguía sin jugar a nada. Los locales tuvieron sus ocasiones al inicio de este segundo tiempo. Con un lanzamiento de Pardo que se marchó fuera o con un disparo de Rodríguez que corrió la misma suerte que el de su compañero.

Con el paso del tiempo, el encuentro fue perdiendo la poca intensidad que tenía. Solo en los minutos finales se recuperó algo de emoción. El Alavés, con más ganas que otra cosa, achuchó bastante entonces y tuvo sus opciones. La primera en el minuto noventa, nada menos, cuando Salcedo se quedó solo ante Mandaluniz. Pero no se atrevió a meter la pierna cuando el balón era suyo y el portero le arrebató el balón. Ya en el descuento, en lo que sería la última jugada del partido, fue Jito el que firmó un cabezazo que salió rozando el palo izquierdo de la portería local. Demasiado tarde y demasiado poco para un equipo que sigue dejando escapar oportunidades.