El sí a la adhesión de Croacia a la Unión Europea se impuso ayer en el referéndum celebrado en este país, veinte años después de su separación de Yugoslavia, con un 66% de los votos, según los resultados del 93% de los colegios electorales. Ahora la adhesión tendrá que ser ratificada por cada uno de los 27 miembros de la UE para culminar su integración el 1 de julio de 2013. Tras Eslovenia en 2004, Croacia será la segunda de las antiguas repúblicas que formaron Yugoslavia en unirse a la Unión.

Sin embargo, el escaso entusiasmo europeo se reflejó en la participación, que, se quedó en el 47%, muy inferior a la registrada en las elecciones legislativas de diciembre, aunque no era necesario alcanzar la mitad del censo para que el resultado sea vinculante. «Este es un gran día para Croacia y 2013 será un punto de inflexión en nuestra historia. Espero que toda Europa se convierta en nuestro hogar», declaró el presidente croata, Ivo Josipovic, tras depositar su voto.

El primer ministro, Zoran Milanovic, lamentó en la cadena la Nova TV la escasa participación, estimando que se trataba en parte de un mensaje a su gobierno -en el poder hace apenas un mes- por parte de la población que sufre por la difícil situación económica del país. Con todo, se alegró del resultado, que calificó de «decisión histórica». Antes del referéndum, los responsables políticos croatas, unánimemente proeuropeos, subrayaron que el voto por la integración en la UE era la decisión más importante para el país desde la independencia que siguió a la guerra (1991-95).

«Europa o los Balcanes»

El diario croata más importante, «Vecernji List», tituló ayer: «El día de la decisión: Europa o los Balcanes», en alusión a la reputación de inestabilidad de esta región.

El entusiasmo proeuropeo, que había llegado a alcanzar un 80% en los sondeos de 2003, ha caído durante los siete años de duras negociaciones entre Croacia y la UE (2005-2011) por las duras condiciones exigidas por Bruselas y, sobre todo, por la crisis económica que afecta a la Unión Europea.

Las autoridades se han esforzado en disociar la crisis de la zona euro de la que sufre Croacia, llegando a asegurar a los electores que la adhesión aportaría «un entorno financiero y macroeconómico estable que va a relanzar la economía».