Parece que la Real le tiene tomada la medida esta campaña al Athletic en las categorías inferiores. Si hace un par de semanas los cadetes de segundo año caían 0-5 en Lezama y los juveniles de primer año hacían lo propio 1-0 en Zubieta, ayer tarde, los juveniles de División de Honor rojiblancos recibían al líder, Real, un punto abajo, y salieron derrotados tras un partido intenso en entrega, donde los realistas solo sufrieron, curiosamente, tras ponerse por delante en el marcador con dos goles y ceder a partir de ahí al empuje físico de los cachorrillos que bien merecieron el empate.

El encuentro pudo haber ido por otros derroteros si a los dos minutos de partido Gorka Santamaría hubiera acertado a bocajarro ante Capilla, pero éste repelió el balón. El dominio inicial del Athletic, con un Aitor Seguín muy entonado por banda izquierda, pronto cedió a la consistencia y orden visitante. Los donostiarras, a base de faltas en las inmediaciones del área local, ganaron metros, mientras los de Bingen Arostegi ni siquiera inquietaban a Capilla. Y fue tras un jugadón de un gran Alain, quien tras irse de varios defensas cedió el balón a Iker para que anotara.

El Athletic reaccionó con dos peligrosos disparos de Bengoa, pero sin suerte. Poco bagaje ofensivo local que tampoco se vio en la reanudación. Alain volvió a avisar con otra gran internada que Kako envió alto. Fue el aviso del segundo tanto, del 11 realista, de pillo, de listo, salvando la barrera por un lateral.

A partir de ahí, Arostegi se la jugó, quitó a sus dos centrales, sacó a Iturraspe y situó a Óscar Gil de central, con tres atrás. A partir de ahí, los rojiblancos arrinconaron a la Real, que siempre se mantuvo muy firme atrás, liderada por un imponente Josu en el eje de la zaga. Pero los locales echaron el resto: primero Etxaburu la envió al larguero, minutos después Bengoa al poste, un doble remate de Lozano y del activo Escobar que detuvo Capilla, y el 1-2 de Lozano que resultó ya insuficiente. Al final, enorme alegría donostiarra.