El 25 Festival Internacional de Programas Audiovisuales ha reunido en el jurado del aniversario a un gran número de ganadores de Fipas de Oro y de Plata. En su trabajo como jurado, Manuel Gutiérrez Aragón deberá elegir la mejor ficción.

Ha venido a Biarritz como jurado. Debe de ser una experiencia interesante juzgar el trabajo de otros realizadores.

La verdad es que siempre digo que no a ser jurado, pero, como esta vez es el 25 aniversario de Fipa y como mis películas han estado muy presentes aquí, lo he hecho en gran medida por agradecimiento.

Ha sido invitado como jurado por haber sido ganador del festival en dos ocasiones, en 1992 con «El Quijote» y en 2003 por «El caballero Don Quijote».

Estuve una vez cuando el Fipa era en Cannes, no he estado desde que lo trasladaron a Biarritz, pero, como he tenido una buena relación profesional y artística con Fipa, he venido.

Debo decir que me parece interesante, y es que fueron los primeros que prestaron atención a los programas de televisión, cuando todavía no había ni el satélite, ni lo digital, ni nada, los franceses dieron un poco de glamour al mundo de la televisión y fueron de los primeros que hicieron un festival sobre los programas de televisión.

En televisión hay, evidentemente, programas muy interesantes, y desde luego yo lo que sostengo es que las series de televisión ahora, sobre todo americanas, y también españolas y francesas, están por encima de algunas películas. Hay series de televisión que me parece que son mucho más atrevidas y hablan de muchísimas más cosas de actualidad que muchas películas. Hay una parte artística de la televisión que hay que reconocer.

¿Usted valoraría positivamente la programación de la televisión actual?

Si el cine se inventó como un arte de masas, ahora el arte de masas es, sin duda, la televisión. Hay programas buenos, malos, regulares y horrorosos, un poco como siempre los hubo en el cine también.

Lo que está claro, aunque para mí llega muy tarde, es que lo que fue el cine de sala para la gente, ahora se ha pasado a la televisión, eso lo tengo clarísimo. Las salas de cine y las series de televisión tienen afluencias masivas, incluso nuestras propias películas. Cuando se estrena una de mis películas, la ve mucha más gente en televisión que en la sala.

Los trabajos que usted ha hecho para la televisión, y con los que ganó un Fipa de oro y uno de plata, han sido sobre El Quijote. Se puede decir que su nombre y la presencia del Quijote en la televisión van de la mano.

Hablando de esta relación que como viejo cineasta tengo con la televisión, ya que la mirábamos por encima del hombro, yo nunca quise hacer series ni trabajar en televisión, y mira por dónde dije que sí a hacer «El Quijote!». Fue porque comprendí que hacer «El Quijote» tenía su razón de ser, sobre todo si era una serie.

Acepté casi sorprendido de mi propia decisión porque yo nunca pensé en hacer televisión. Pero poco a poco nos va a pasar como pasó con el cine y los escritores al principio. Los escritores miraban por encima del hombro al cine, y el cine al final fue un arte poderoso. Finalmente uno se tiene que convencer que la antes llamada «caja tonta» se ha vuelto muy lista.