Política carcelaria
Egin Dezagun Bidea lanza un movimiento participativo y eficaz sobre la base del 7-E
Sobre la base del éxito de la masiva movilización del 7 de enero contra la política carcelaria, Egin Dezagun Bidea lanza un nuevo movimiento en favor de los presos que se caracterizará por la participación y la búsqueda de la eficacia. La reflexión avanza y las conclusiones podrían presentarse el 5 de febrero.
Ramón SOLA | DONOSTIA
La movilización que el pasado 7 de enero reunió en Bilbo a más de 110.000 personas no ha supuesto solo la mayor manifestación política conocida en Euskal Herria según todos los indicios, sino que marcará también un antes y un después en la organización popular en torno al problema de los presos políticos vascos.
Tras constatar el éxito de la protesta, asentada sobre mensajes como la necesidad de poner la política carcelaria en claves de solución y no de conflicto, Egin Dezagun Bidea recogió el guante y anunció un proceso de reflexión en los herri bilgunes creados a nivel local durante los últimos tiempos. El objetivo de este debate es articular toda esa masa popular que se visualizó en Bilbo, dispuesta a trabajar por los derechos de los presos políticos vascos.
Este proceso de reflexión avanza, y de hecho es probable que las conclusiones se conozcan en menos de un par de semanas, en torno al 5 de febrero. Egin Dezagun Bidea apuntó tras la marcha su intención de que el colofón a esta fase sea otro acto público que además sirva para reiterar la denuncia de la actual política carcelaria.
Basado en las personas
A falta de conocer en detalle las conclusiones del proceso y la configuración exacta de la nueva dinámica por los presos, GARA sí puede avanzar que se busca una fórmula que priorice la participación y los acuerdos amplios, toda vez que la apuesta del 7 de enero respondía a estas mismas claves y se saldó con un rotundo éxito.
Así, como convocante de la movilización, Egin Dezagun Bidea destaca que la iniciativa «logró conectar con gente muy diferente, recogiendo la sensibilidad de una amplia mayoría con su discurso, sus formas, sus imágenes...»
Este colectivo entiende que «se ha consolidado un consenso social amplio» en favor de dar salida a la situación de los presos y refugiados dentro de un proceso de resolución del conflicto. Y apuesta, por tanto, por profundizar en ello, «diseñando una ruta para conseguir objetivos que tienen un amplio consenso», y propone hacerlo con una organización que sea coherente y eficaz.
De hecho, Egin Dezagun Bidea se siente muy satisfecho de que en torno suyo se hayan ido articulando otros sectores y grupos, con el mismo objetivo de reivindicar los derechos que corresponden a las personas encarceladas y de avanzar hacia la reso- lución del conflicto. Citan como ejemplo que la manifestación del 7 de enero que desbordó Bilbo estuvo complementada por múltiples acciones de todo tipo en favor de los presos, «desde el ámbito de la cultura, el periodismo, la universidad, el cine, el teatro, el bertsolarismo...»
En este punto, se hace hincapié en que los protagonistas de este trabajo deben ser los ciudadanos y ciudadanas y no los agentes, una virtud que ha mostrado también el camino realizado por Egin Dezagun Bidea. El nuevo movimiento mantendrá esta premisa; partir de las personas, aunque obviamente buscando también la relación y la colaboración con los diferentes agentes vascos.
Imprescindible
Todo este proceso de reflexión parte de una necesidad que quedó clara para quienes estuvieron en Bilbo: la demanda de los derechos de los presos políticos vascos «ha tenido una gran extensión en los últimos meses». Así, la movilización del 7 de enero reunió a más de 110.000 personas frente a las 64.000 que se habían movilizado un año antes por la misma razón.
Consideran que tal avance hace imprescindible organizar una dinámica que recoja todo ese capital humano y le dote de herramientas eficaces para su trabajo.
El alcalde de Baiona y diputado de la UMP, Jean Grenet, pidió ayer ante la Asamblea Nacional francesa el acercamiento de los presos políticos vascos «como un gesto de apaciguamiento» ante el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria a raíz del cese definitivo de la actividad armada de ETA. En el marco de una proposición de ley para el acercamiento de los presos a sus familias presentada por un diputado corso, aseguró que la dispersión supone «una doble condena», ya que a la impuesta por los tribunales se suma el «aislamiento» de la familia y los amigos.
Grenet, que se refirió casi exclusivamente a los prisioneros vascos, señaló que tratar a los presos «humanamente, dándoles la ocasión de comprender que se ha pasado página, es una oportunidad que hay que aprovechar y que un Estado de derecho puede ensalzar». También reclamó que, en el contexto de «la voluntad compartida de acabar con el conflicto en el País Vasco», se ponga fin a «ciertos procesos de extradición que no tienen sentido». Puso el ejemplo del caso de Aurore Martin. GARA
Familiares de Iñaki Erro, que el pasado miércoles tuvo que ser hospitalizado tras sufrir una cardiopatía isquémica en la cárcel de Almería, reclamaron su inmediata excarcelación para que pueda ser tratado de manera adecuada. Asimismo, Hilargi Jaunarena y Gloria Rekarte, portavoces de Etxerat, explicaron que cuando Erro sea valorado por médicos de confianza analizarán qué medidas legales se pueden tomar e hicieron extensiva la demanda de inmediata excarcelación a todos los presos enfermos. Comparecieron ayer en Iruñea arropadas por decenas de familiares de presos políticos navarros.
Idoia Mujika, compañera del preso de Donibane, explicó que el pasado jueves recibieron una llamada de la cárcel de Almería para comunicarles que Erro había sido hospitalizado para intervenirle quirúrgicamente tras sufrir un episodio de cardiopatía isquémica que le provocó la obstrucción de tres arterias. Se desplazaron hasta la ciudad andaluza, situada a 945 kilómetros de Iruñea, pero para cuando llegaron ya había sido operado para ponerle un catéter y se encontraba en la prisión.
Mujika denunció que la cárcel tardó en comunicarles la situación de Erro, ya que fue trasladado al hospital el pasado miércoles, pero no recibieron la llamada hasta el jueves.
Una vez operado, Mujika denunció que en un centro penitenciario no se dan las condiciones para reponerse de la intervención quirúrgica a la que fue sometido -tranquilidad y una dieta adecuada-, y tampoco se cumplen las mínimas condiciones de salubridad.
Las portavoces de Etxerat recordaron que Erro lleva 25 años en prisión y que pese a que cumplió la condena en 2011, se le aplicó la doctrina 197/2006. «Los 25 años que lleva Iñaki Erro en prisión, agravados por los largos años de aislamiento en las cárceles de Tenerife, Algeciras y Almería, la insalubridad de estas prisiones, las condiciones de vida extremas impuestas a la que los presos políticos están sujetos son la causa directa de su enfermedad, y este deterioro es uno de los objetivos de la política penitenciaria».
En este sentido, subrayaron que como consecuencia directa de la política penitenciaria en los últimos años se ha producido un notable aumento de las enfermedades severas, tanto físicas como síquicas, especialmente de estas últimas.
Mostraron su alivio por el hecho de que el caso de Erro haya podido ser reconducido a tiempo y las consecuencias no hayan sido irreparables. «Pero este caso también nos enfrenta no solo al orígen de estas enfermedades, sino también al riesgo implícito de la situación de nuestros familiares, a las dificultades y obstáculos ante los que se encuentran ante cualquier emergencia, a las dificultades y obstáculos con los que nos encontramos nosotros mismos para acudir a su lado, para obtener información sobre su estado». Consideraron urgente que los presos con enfermedades graves estén «en aplicación de la legalidad vigente, primero cerca de sus casas y luego en casa».
Por otro lado, 28 personas se concentraron a favor de los presos en Sopela y 100 en Bilbo. Martxelo DÍAZ
