La crisis de Bani Walid evidencia la fragilidad del proceso político en Libia
La crisis de Bani Walid, cuyo control perdieron el lunes las milicias leales al nuevo régimen de Libia, ha puesto de manifiesto la fragilidad del proceso político en el país norteafricano, aunque Trípoli insistió en negar que la operación fuera obra de partidarios de Muamar Gadafi.
GARA | BANI WALID
La calma parecía haber vuelto ayer al antiguo bastión gadafista de Bani Walid, aunque persistía la confusión en torno al origen de la revuelta que el lunes puso fin al control de las milicias leales al nuevo régimen libio sobre la ciudad y que, además de representar el mayor desafío para el Gobierno, ha vuelto a generar dudas por la falta de capacidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) para hacer cumplir la ley, desarmar a las milicias y proteger las fronteras.
Responsables locales relataron a AFP que partidarios de Gadafi fuertemente armados tomaron el control de la simbólica ciudad, en un ataque en el que murieron cinco miembros de las fuerzas leales al CNT.
El ministro libio de Interior, Fauzi Abdelali, desmintió que el ataque fuera obra de seguidores de Gadafi y afirmó que se trataba de «problemas internos» de esa ciudad. Abdelali agregó que este brote de violencia, el más grave desde la «liberación» del país en octubre de 2011, tras ocho meses de guerra y bombardeos de la OTAN, estaba relacionado con las compensaciones destinadas a los afectados por la guerra.
Un día después del ataque de Bani Walid, bastión de la poderosa tribu Warfalá, decenas de notables locales anunciaron la formación de su propio Gobierno y rechazaron cualquier injerencia procedente de Trípoli.
La violencia aparentemente se desató después de que miembros de la milicia 28 de Mayo, afín al CNT, arrestasen a algunos gadafistas, lo que generó ataques de represalia contra las instalaciones del grupo armado. Pero aunque algunas voces locales dijeron el lunes ser testigos de cómo simpatizantes de Gadafi atacaban los cuarteles de la milicia progubernamental y les obligaban a retirarse, los atacantes aclararon que no simpatizan con el antiguo régimen.
Unos 200 ancianos reunidos ayer en una mezquita anunciaron la abolición del consejo designado para Bani Walid por el CNT y la formación de un nuevo Gobierno, y señalaron que no aceptarán que el presidente del CNT, Mustafá Abdel Jalil, les «fuerce» a nada.
Un portavoz de la fuerza aérea libia informó de que las autoridades han comenzado a movilizar aviones para acudir hasta Bani Walid, aunque no está claro que el Gobierno tenga capacidad para realizar tal despliegue.
Quizá para desmentir su falta de capacidad para desmovilizar a los grupos armados, varias milicias de Zintan y del CNT irrumpieron ayer en el cuartel de la brigada Al-Fatah en Qasr ben Gashir y detuvieron a algunos de sus líderes acusados de trabajar para el antiguo régimen.
El Tribunal Penal Internacional (TPI) no ha tomado todavía «ninguna decisión» sobre el posible procesamiento de Saif al-Islam Gadafi en Libia en lugar de en La Haya, aseguró un portavoz del Tribunal, desmintiendo unas declaraciones previas del ministro libio de Justicia, Alí Jalifa Ashur.