El FMI dejó su sello pesimista en las proyecciones del crecimiento mundial, aunque también mostró su convicción de que Europa puede corregir la situación del sector financiero gracias a la labor del fondo del rescate, para el que pide mayores dotaciones y protagonismo. Ahora establece como pronóstico para 2012 un crecimiento mundial del 3,3% en el PIB, cinco décimas menos que en su anterior vaticinio. El culpable de este recorte es la recesión de la eurozona, donde el Estado español sufrirá una contracción del 1,7% y registrará un déficit del 6,8%, muy por encima del 4,4% defendido por el Gobierno de Mariano Rajoy. Estas inquietudes convivieron con la falta de acuerdo en la quita de Grecia. El sentido negativo de estas informaciones y las subidas acumuladas desde comienzo de año empujaron al Ibex y al resto de plazas europeas hacia los números rojos, aunque sin gran violencia. El Ibex se dejó un 0,33%, hasta los 8.591,40 puntos. Por su parte, París bajó un 0,47%, Fráncfort, un 0,27%, y Londres, un 0,53%. En el Ibex, los mayores descensos correspondieron a Sacyr (-2,86%), Gamesa (-2,44%), OHL (-2,44%) y FCC (-2,41%). Todos los pesos pesados, a excepción de Santander, que repitió cierre, terminaron en rojo. El más perjudicado fue Telefónica (-1,38%). Las empresas de energía dieron la vuelta a sus caídas anteriores. Enagás ganó un 2,86%, Acciona, un 2,07%, y Gas Natural, un 1,89%. En París, Société Générale (-5,39%) y Crédit Agricole (-4,07%) sufrieron por la rebaja de su ráting en la escala de S&P, mientras que GDF Suez (+2,21%) y Total (+1,05%) despuntaban entre los mejores.