El recién elegido presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, instó ayer al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, a que no tome a los funcionarios de la UE por «idiotas», en referencia al doble discurso que mantiene el mandatario magiar sobre su polémica reforma constitucional, según esté en Bruselas o en Budapest.

Orban «debe tener en cuenta el hecho de que los líderes europeos no son idiotas», advirtió Schulz, tras recibir al primer ministro húngaro.

«Orban es un hombre eficiente (...) Se vale de un discurso eficaz en Bruselas, pero luego censura esa retórica en Budapest», añadió el político alemán, quien precisó que es su «opinión personal».

«Para el primer ministro sería más aconsejable no elegir la confrontación en su país (...) y tratar de conciliar a la opinión pública en lugar de dividirla», señaló Schulz.

También el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se reunió con Orban, ante quien insistió en que debe enmendar algunas de sus medidas y dar respuesta a las «preocupaciones» que ciertas políticas de su Gobierno han despertado en la UE.

Hungría vive un momento delicado en el seno de la UE después que Bruselas haya abierto tres procedimientos de infracción contra la nueva Constitución húngara.

Vía a las sanciones

Además, los ministros comunitarios de Finanzas apoyaron ayer la postura de la CE de que Hungría no ha hecho suficiente para poner su déficit presupuestario por debajo del techo europeo de forma sostenible, abriendo el camino para congelar los fondos de la UE para Hungría a partir de 2013.

Hungría tenía hasta este año para poner su déficit presupuestario por debajo de 3% de forma sostenible, cumpliendo con el procedimiento de déficit excesivo de la UE, y aunque está previsto este año quede por debajo de 3%, Bruselas dice que es gracias a medidas puntuales y que volverá a subir en el 2013.