Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Emprendedor
Los que nacimos durante el franquismo en el seno de una familia de clase trabajadora somos una presa fácil para la estrategia neoliberal, según la cual todo aquel que no sea un emprendedor está fuera de juego y condenado a sucumbir a la crisis económica. Y, claro, si no tienes contactos, ni dinero, ni sirves para los negocios, ya te puedes dar por desplazado.
De las apariencias prefiero no hablar, porque salta a la vista que los emprendedores suelen ser gente, por lo general, guapa y famosa. Como Jessica Alba, que no es actriz, pero cobra más que cualquiera en Hollywood por lucir palmito en la pantalla. Gracias a que los guiones que le dan no tienen mucho diálogo, la chica dispone de tiempo libre para meterse a empresaria.
La empresa de Jessica Alba se llama The Honest Company, y busca sus clientela potencial entre las parejas que se estrenan como padres y madres. Si quieren lo mejor para sus bebés, deben consumir los productos sanos lanzados por la chica de Pomona, ya que no contienen sustancias tóxicas.
La genial idea se le ocurrió durante el embarazo, y es de admirar la capacidad que tienen los de la farándula para sacar provecho de cualquier circunstancia de sus vidas. No, no se conforman con tener hijos como todo el mundo, y ya está. De la experiencia te sacan un libro, una película y te montan un jardín de infancia para los retoños de otras estrellas.
Que tomen buena nota de todo ello Penélope Cruz y Javier Bardem, que dicen encontrarse muy preocupados con la higiene y todo lo concerniente a la salud de su pequeño heredero estadounidense Leo.