Ensañamiento cruel con un prisionero enfermo
La salud del preso basauriarra Txus Martin es motivo de preocupación para sus compañeros, familia y allegados. Padece un grave trastorno esquizo-afectivo, enfermedad que la prisión agrava. Había solicitado la libertad condicional para poder ser tratado en el exterior y, en la medida de lo posible, poder ser curado. Para ello, contaba con un gran apoyo de sus vecinos que, con multitud de denuncias y movilizaciones, han conseguido la visualización social de su caso. Ayer se conoció la noticia de que la Audiencia Nacional había denegado su petición de libertad provisional. Con argumentos que parecen extraídos con fórceps, -riesgo de fuga, reiteración en el delito...-, con insensibilidad humana y totalmente ajeno a la demanda social, decidió mantenerlo preso. Un ejemplo de cruel ensañamiento que pone en peligro su vida, obliga a vivir en una angustia permanente a su familia y es un jarro de agua fría para aquellos que, siquiera con los presos gravemente enfermos, esperan decisiones positivas en este nuevo tiempo.
Pero quienes así actúan se retratan. Su afán de venganza les impide cualquier gesto humanitario. Sus cálculos políticos les llevan a tomar decisiones que en este país ni generan adhesión ni proyectan fortaleza. Tampoco debe concedérseles el placer del pesimismo social, ni mucho menos el de la pasividad. Txus Martin debe estar en casa y, con el esfuerzo de todos, estará con los suyos.