Filtraciones, casos de corrupción y lucha por el poder en el Vaticano
La cadena privada italiana Sette publicó escritos filtrados entre el monseñor Carlos Maria Viganò y el papa Benedicto XVI que arrojan luz a los problemas internos y la lucha de intereses en el Vaticano, pese a las promesas realizada en su día por el actual papa.
GARA | VATICANO
El Vaticano se ve seriamente sacudido en los últimos días por desórdenes internos y acusaciones de mala gestión, en contradicción con el anuncio del papa Benedicto XVI de lucha contra la corrupción y la intriga en la iglesia católica.
Mientras que el papa adoptó desde 2005 las medidas de saneamiento financiero y de transparencia, las revelaciones de la cadena privada italiana Sette desnudan disfunciones que continúan afectando a la administración del Estado más pequeño del mundo.
Sette mostró varias cartas del monseñor Carlos Maria Viganò, antiguo Secretario General del Gobierno del Vaticano, que se convirtió en nuncio en octubre en Washington. En estas cartas al papa y al secretario de Estado (número dos), Tarcisio Bertone, datadas en el pasado año, denunciaba una situación «desastrosa», en julio de 2009, dejando entender que su política de saneamiento no era del gusto de todos. También hacia referencia a su traslado eventual a Washington que percibía como un «veredicto de condena».
«Mi traslado suscitaría el desaliento de los que creyeron que era posible sanear numerosos casos de corrupción y de malversación en la gestión de distintas maneras», le explicaba en marzo de 2011 al papa.
El prelado lamentaba que algunas personas parecían poner sus intereses por encima de los de la iglesia, que el trabajo se confiase siempre a las mismas empresas con tarifas más altas que las que cobraban fuera del Vaticano y de los presupuestos - como los de la guardería infantil de Saint-Pierre- que fueron excesivamente inflados.
Estas revelaciones llegaron mientras los jefes de las congragaciones (ministerios) se reunian el pasado sábado en torno al papa para procurar remediar las filtraciones y los fallos en la comunicación interna.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, lamentó la divulgación de documentos confidenciales, aunque también condenó la «desinformación» de Sett, que presentaba «las estructuras del Gobierno de la Iglesia caracterizados con profundas divisiones y conflictos de interes».
Según varios expertos, una lucha de poder silenciosa está detrás de la divulgación de los escritos del obispo.
Para el autor de «Joseph Ratzinger, crisis de un pontificado», Sandro Magister, el fondo del problema está en que «Benedicto XVI no se ocupa de cerca de la máquinaria vaticana y ha delegado todo en el Secretario de Estado, cuyo poder es cada vez más grande».
Andrea Tornielli, , dijo que el Vaticano no veía un efecto devastador en la opinión pública y que los fieles estaban «impresionados por la profundidad del mensaje de Benedicto XVI» aunque también disgustados por un comportamiento que no corresponde con lo predicado.