Una nueva polémica sobre el repliegue de tropas evidencia las prisas por dejar Afganistán
EEUU explicó a sus socios en la guerra de Afganistán sus planes para dejar el país centroasiático después de que Leon Panetta se precipitara al anunciar su intención de adelantar un año el repliegue de sus tropas y poner fin en 2013 a su misión de combate, palabras que trató de matizar.
GARA | BRUSELAS
Los ministros de Defensa de los países de la OTAN, reunidos en Bruselas, tratan de llegar a un acuerdo en torno a una estrategia para retirar de forma ordenada sus tropas de Afganistán mientras la impaciencia aumenta tras diez años de guerra. Así lo evidencian los anuncios, primero del Estado francés y posteriormente de EEUU, de un adelanto en el repliegue de sus respectivos efectivos, mientras que Alemania defendió una retirada gradual «ordenada y seria». Así, el año 2013 marcará un nuevo punto de inflexión, aunque tanto la OTAN como el propio secretario de Estado estadounidense, Leon Panetta, se apresuraron a aclarar que el cambio no supondrá que las tropas ocupantes dejarán sus misiones de combate, sino que pasarán a un rol de apoyo a las afganas, pero seguirán luchando.
De camino a la reunión de Bruselas, que finaliza hoy, Panetta se sumó al anuncio realizado el viernes por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y anunció la intención de EEUU de realizar el repliegue de sus tropas de combate en 2013, un año antes de lo previsto en los planes de la Alianza, con la conclusión del proceso de transición del control de la seguridad a las fuerzas afganas.
«Nuestro objetivo es completar toda la transición en 2013 y a mediados o finales de año seremos capaces de hacer una transición desde un papel de combate a un papel de entrenamiento, asesoría y asistencia», señaló.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confirmó que las fuerzas de seguridad afganas asumirán el control en todo el país a mediados de 2013, pero insistió en que oficialmente «no hay nada nuevo» y que los aliados occidentales mantienen el calendario pactado en la cumbre de Lisboa en 2010 de completar el relevo a finales de 2014 y hasta entonces seguirán combatiendo allí.
Pero aunque Rasmussen quiso cerrar así la polémica suscitada por Panetta, el cambio semántico permite a la OTAN sostener que tendrá un menor papel en los combates antes del fin de la misión y abre la puerta a eventuales reducciones de efectivos.
Rasmussen reclamó que el cambio «de combate a apoyo» de las tropas ocupantes «se produzca de manera coordinada y tenga en cuenta la situación de seguridad sobre el terreno», e insistió en que las decisiones se tomarán «por consenso».
El propio jefe del Pentágono quiso matizar sus palabras al asegurar ayer a sus homólogos de la OTAN que EEUU mantendrá las operaciones de combate en Afganistán en 2014. Varios ministros se esforzaron en aclarar sus palabras, que fueron matizadas también por la Casa Blanca, que insistió en que el Ejército de EEUU mantendrá sus operaciones de combate en Afganistán en 2014.
Pakistán afirmó ayer estar dispuesto a hacer «todo lo que los afganos quieran o esperen» para favorecer la paz en Afganistán, pero solo si la negociación con los talibanes es dirigida por el Gobierno de Kabul y no por EEUU ni por otros países extranjeros. «Los afganos deben jugar el papel central en el proceso de paz y una vez que hayan decidido el camino a seguir, Pakistán les proporcionará toda la ayuda posible», indicó la ministra paquistaní de Exteriores, Hina Rabbani Khar.
Recientemente, los talibanes abrieron una oficina en Qatar con el objetivo de negociar las condiciones con EEUU, que lidera la coalición de la OTAN, sin la cual, según los observadores, el frágil Gobierno de Kabul no podría mantenerse. Expertos ven en esa maniobra la voluntad de los insurgentes de liberarse de la influencia de Pakistán, su histórico aliado.
Ahora Kabul e Islamabad se han unido para condenar la opción de Qatar y, por miedo a quedar fuera del proceso de paz, Afganistán ha anunciado negociaciones con los talibanes en Arabia Saudí.
Khar subrayó que «no podemos tener 48 países al mismo tiempo tratando de hacer algo por la paz en Afganistán. Ni EEUU ni Gran Bretaña ni Alemania ni Qatar ni Arabia Saudí ni otros pueden desempeñar el papel central». GARA
Pakistán podría reabrir a mediados de mes el paso a los convoyes de suministros para las tropas extranjeras en Afganistán, interrumpido hace dos meses tras el bombardeo de la OTAN que mató a 26 soldados paquistaníes junto a la frontera. No se descarta que se fije un impuesto sobre esos convoyes.