La Organización Meteorológica Mundial (OMM) explicó ayer que las bajas tenperaturas que azotan Europa desde hace una semana son un fenómeno «destacado» pero «no inusual ni excepcional» en invierno.

«Este fenomeno no es inusual, es parte de las extremas manifestaciones en el invierno del hemisferio norte», afrimó el director de la división de aplicaciones de datos de la OMM, Omar Baddour.

Los termómetros han bajado a -37ºC en Europa del Este (Ucrania, Polonia, el norte de Rusia), mientras que en el norte de Alemania el la temperatura descenció a -20ºC.

Sin embargo, las temperaturas, aún siendo muy bajas, no han batido récords históricos.

Además, el científico recordó que, hasta la extrema caída de las temperaturas, este invierno era mucho más caliente de «lo normal», por lo que el choque de temperaturas percibido ha sido mayor.

El fenómeno que sacude Europa este año se debe a una oscilación negativa del Ártico, lo que provoca que haya temperaturas muy bajas en el continente pero bastante templadas en el Ártico.

Esta oscilación permitió que una ola de altas presiones provenientes de Siberia entrara por el este y se instalara en el continente, mantuviera las temperaturas gélidas, y bloqueara la masa de aire más templada que normalmente sopla de oeste a este.

«Lo que evidenciamos son una serie de perturbaciones clásicas. Normalmente los vientos entran de oeste a este y traen lluvias pero no temperaturas tan bajas. Este año, el viento siberiano viaja de norte a sur, por eso ha llegado a lugares como el Magreb, y hace mucho frío porque ha bloqueado los vientos del oeste», aclaró Baddour.

No obstante, Badoour destacó que, si bien el fenomeno no es inusual, al ser tan extremo, puede ser que cambie las temperaturas globales del año.

Con respecto a cuánto puede durar este fenómeno, el científico previó que la situación puede mantenerse dos o tres semanas más, aunque señaló que «parece» que atenuará para la próxima semana.

La tasa de muertos asciende

En Bulgaria las tormentas de nieve relevaron ayer a las inundaciones que causaron la muerte de ocho personas, según informaron las autoridades.

Las nevadas obstaculizaron el rescate en el pueblo devastado de Biser, en el sudeste, tras las inundaciones. Como consecuencia de las lluvias y la nieve derretida, un muro de una pequeña presa se rompió inundando el pueblo con aguas heladas de hasta dos metros y medio. En total, desde enero 24 personas han muerto en Bulgaria.

En Polonia, el número de muertes por hipotermia alcanza los 68, tras las seis muertes ocurridas ayer. La mayoría de los muertos son personas sin hogar, a menudo borrachos.

En la República Checa la ola de frío ha causado 20 víctimas. Al igual que la noche anterior, la temperatura bajo ayer a -39,4ºC en Kvilda, en la montaña de Sumava, la temperatura más baja registrada este invierno.

El frío, que también asola los Balcanes, se cobró ayer otra víctima en Bonia, elevando el número de muertos a 19, todas por congelación.

Además, unas 70.000 personas se encuentran todavía aisladas en Serbia, Croacia y Bosnia. El contacto con el pueblo Zijemlje se perdió el viernes y desde entonces no tienen ni electricidad, ni agua corriente.