Mikel INSAUSTI

No me extrañaría que “Promoción fantasma” obtenga mejores cifras en taquilla que “Spanish Movie”, aunque soy de la opinión que la opera prima de Javier Ruiz Caldera resultaba más original y divertida. El debutante supo trasladar hace tres años el modelo importado de la “spoof movie” a la parodia de las películas de mayor éxito dentro del mercado interior, mediante una sucesión de ocurrentes “sketchs” que no necesitaban de ningún nexo argumental. En su segundo largometraje trata, en cambio, de contar una historia con una entidad propia, lo que no llega a conseguir por culpa de un muy flojo guión que no es capaz de amalgamar una situaciones cómicas y gags, más o menos inspirados, pero que quedan inconexos y mal encajados. El reparto muestra igualmente más fisuras, porque al acierto de repetir con Alexandra Jiménez, Carlos Areces y Joaquín Reyes, suma ahora la consabida dependencia de la producción cinematográfica con respecto a la series televisivas para adolescentes, de las que toma a los cinco estudiantes fantasmas protagonistas. Debido a eso parece estar tan o más cerca de “Fuga de cerebros” que de las comedias ochenteras de John Hughes en las que pretende inspirarse.

Otro tanto he de decir cuando se la compara con “Los cazafanstasmas” y demás divertimentos fantásticos de Hollywood, ya que es más lógico emparentarla con la fallida “¿Estás ahí?” de Roberto Santiago, si bien nunca podrá ser un fiasco semejante. Incoherencias no le faltan tampoco, porque no se entiende que presente a los espectros en cuestión como unos desfasados en materia musical que se han quedado en las canciones de la movida madrileña, idea luego descartada caprichosamente en el momento en que la empollona del grupo toma el micrófono para cantar el “Estoy aquí” de Shakira en la fiesta de fin de curso. Debe de ser que era la única del quinteto que tenía oído y era capaz de captar las ondas musicales de los vivos, del mismo modo que el nuevo profe de literatura ve a los muertos.