El Gobierno de Bahía, apremiado por la necesidad de restablecer el orden en la ciudad turística de Salvador a unos pocos días del inicio del carnaval, aceleró ayer las negociaciones con cientos de policías en huelga que ocupan el Parlamento local hace una semana, rodeados a su vez por más de mil soldados.

Se trata de policías militares -no dependen de Defensa pero están organizados militarmente-, que han prometido resistir si sus reivindicaciones salariales no son atendidas. La huelga refleja el problema de una fuerza policial históricamente mal pagada y con métodos heredados de la dictadura. En Brasil hay tres fuerzas policiales: la Policía Federal, y la policía civil y militar de cada uno de los 27 estados.

El gobernador del Estado, Jaques Wagner, dijo ayer confiar en una salida negociada, antes del inicio del carnaval más famoso de Brasil junto al de Río de Janeiro, donde se espera que participen seis millones de personas entre el 16 y el 21 de febrero. La huelga de los policías ha provocado el caos en la tercera ciudad del país, con una ola de ataques y saqueos que ha dejado más de cien muertos.

La embajada de EEUU ha recomendado a los estadounidenses que retrase sus viajes y los turistas que ya están en los hoteles están advertidos de los riesgos. Bares y restaurantes cierran con anticipación y se han anulado varios conciertos previos al carnaval.

Según las autoridades, un tercio de los 31.000 policías del Estado están en huelga. Reclaman un aumento del salario y amnistía para los huelguistas detenidos.