Maite SORO | msoroa@gara.net
Odian el euskara
Hay algunos juntaletras que rezuman un tremendo odio hacia Euskal Herria y todo lo que tiene que ver con nuestro país. Por ejemplo, el euskara. Es el caso de un viejo conocido, Pascual Tamburri, representante de la derecha española más extrema en Nafarroa, que en su última píldora en «elsemanaldigital» la toma con la Diputación de Gipuzkoa por ayudar económicamente a la ikastola Ibaialde.
Explica el profesor -pobres alumnos- que «los contribuyentes guipuzcoanos, guiados por Bildu darán un euro por cada alumno de Guipúzcoa a la ikastola de Lodosa, lo que supondrá el total de 24.000 euros», a lo que, desde luego, se opone: «Esta acción, que rebasa los límites de la autonomía guipuzcoana y que por eso mismo podría y debería ser anulada por el Gobierno vasco y en su defecto por el nacional, es el peor precedente posible para quien diga defender la autonomía y la libertad de Navarra y de los navarros. Aparte de qué actividades se trate, Guipúzcoa, ni la Guipúzcoa gobernada por esa gente ni ninguna otra, no tiene derecho a inmiscuirse en la vida de Navarra». Habrá que explicarle que Gipuzkoa no se «inmiscuye» en nada, solo ayuda a quien lo necesita, en este caso a las alumnas y alumnos de Ibaialde.
Luego, queriendo ser gracioso, hace la siguiente pregunta retórica: «¿Los malvados fachas navarros están torturando la benéfica ikastola de Lodosa?», y él mismo se responde: «Pues no. Lo que pasa es que los alumnos matriculados no bastan, no son suficientes, en suma es que no hay demanda suficiente de enseñanza en vascuence como para mantener un centro, según parece». Pues estaría errado si realmente lo dijera en serio. Es la Ley del Vascuence, que discrimina a miles de navarras y navarros por haber nacido en una zona u otra, la responsable de esta situación. Pero él ya lo sabe. Y lo que le fastidia es que la ilusión y la solidaridad sean más fuertes que la injusticia. Vean, si no, cómo acaba: «La verdad, la verdadera realidad, es que los abertzales, con aplauso de los socialistas, están gastando el dinero público en actividades de promoción de su ideología, en vez de gastarlo en combatir la crisis y ayudar a los parados, y además rompiendo la convivencia entre las instituciones». Que alguien como Tamburri hable de romper la convivencia es un sarcasmo. Pero que se revuelva lo que quiera; el euskara sigue creciendo en Nafarroa. Y eso le pone enfermo.