Muy pocas pistas está ofreciendo José Luis Mendilibar en lo que va de semana sobre el posible once que alineará ante el Barcelona. El técnico vizcaino está prolongando estas incógnitas a las últimas sesiones con el objetivo de que todos sus hombres estén muy metidos en el importante compromiso que les aguarda. Más que en el plano individual, sus ejercicios han ido destinados hasta ahora a que el colectivo funcione como un reloj, en el que la presión sobre el rival y evitar fallos en las combinaciones han sido los aspectos en lo que más ha insistido el míster rojillo.

Sin embargo, tendrá que decidir sobre un apartado muy importante a la hora de afrontar el envite, relativo al dibujo que opondrá a los de Guardiola. El dilema, en cuestión, de Mendilibar es saltar con el esquema de inicio de El Molinón o utilizar el de la segunda parte, es decir, jugar con uno o dos puntas, respectivamente.

El jugador clave en dicha cuestión es Nino. El almeriense salió del once por su escasa eficacia de cara al gol, pero su entrada en el estadio sportinguista tras el paso por vestuarios le dio otro aire a la escuadra navarra. Sus características le hacen perfectamente compatible con Lekic -son dos delanteros con claras diferencias en cuanto a físico o movimientos sobre el césped- e incluso el serbio ya declaró a la finalización del parti- do contra el Sporting que prefería jugar con otro compañero en vanguardia.

Como ya relatase a GARA el pasado miércoles, lo que le pide Mendilibar a Nino es que ejerza de falso carrilero, posición que ocupa cuando Osasuna se ve obligado a defender. En este caso, se encargaría de marcar a Abidal o al azulgrana que ocupase el ala izquierda de la defensa blaugrana, pues el Barcelona puede jugar con tres zagueros. Una vez que los rojillos recuperan el balón, el jugador andaluz debe moverse entre los espacios que el rival deje en las inmediaciones del área.

Esta disposición también tiene consecuencias en otras líneas del campo, pues los desplazamientos de Nino posibilitan que la banda derecha quede en manos de Marc Bertrán. En Gijón, las subidas del lateral catalán fueron resguardadas por un Patxi Puñal más escorado a la derecha y un Sergio que, en última instancia, vigilaba ese ala de la defensa osasunista. Una idea atrevida, sin duda, máxime por el adversario que los encarnados tendrán enfrente.

Ibrahima, la otra opción

La otra alternativa es mantener el habitual 4-2-3-1, en el que se daría entrada a Ibrahima, pues parece que Cejudo -tampoco está en su mejor momento de forma- no llegará a tiempo, ya que sigue siendo seria duda por un golpe en la cadera. Aunque dispuesto a jugar, lo cierto es que el senegalés ya señaló que está necesitado de más entrenamiento para regresar al punto ideal, lo que le puede restar opciones para estar en el once. En cualquier caso, también es verdad que una de las mejores virtudes del africano son las diagonales que practica desde el carril para llegar con peligro al área rival, tanto por raso como en el juego aéreo, con lo que tampoco se perdería en llegada, caso de alinearle.

«Hacerlo perfecto»

Javad Nekounam no se prodiga mucho por sala de prensa, pero ayer lo hizo para asegurar que Osasuna deberá realizar un partido «perfecto» si quiere tener opciones sobre el Barcelona, un rival que, a diferencia de lo que han hecho los últimos equipos que han visitado El Sadar -Valencia y Atlético de Madrid- «no va a salir a defender porque necesita recortar la diferencia de siete puntos con el Real Madrid, y eso nos viene bien».

Tras reconocer que la escuadra culé es la «mejor del mundo» -como capitán de la selección iraní votó al ganador, Xavi e Iniesta en la elección del Balón de Oro pasado-, el pivote rojillo advirtió de que «no se puede bajar el nivel o te matan» y rechazó la consideración de que el jugador franquicia de los cata- lanes, Lionel Messi, se encuentre en baja forma, porque «en cada encuentro tiene unas cinco o seis ocasiones».