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Paro en el sector público | oskar matute y txelui moreno, dirigentes de BILDU

«Los culpables de la crisis están practicando terrorismo financiero»

Izquierda Abertzale, Aralar, EA y Alternatiba, además de apoyar el paro de ayer en el sector público de la CAV, han convocado manifestaciones para mañana en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria bajo el lema “Burujabetza politiko eta ekonomikoa”. Moreno y Matute plantean que su propuesta movilizadora es complementaria a la de los sindicatos.

IÑAKI TELLERIA | DONOSTIA

Txelui Moreno y Oskar Matute consideran que sus formaciones está obligadas a responder también con movilizaciones a los recortes presupuestarios en el sector público. Lo plantean como un complemento al trabajo de los sindicatos, con los que reconocen que «tienen fricciones» en la gestión del déficit de las instituciones que gobiernan.

¿En qué contexto sitúan la convocatoria de las manifestaciones de mañana?

Oskar Matute: Cuando planteamos la convocatoria pensamos que era necesario responder con contundencia y desde todos los frentes. No en clave de confrontación con otras propuestas sino en complementariedad. Apoyamos el paro de ayer en el sector público, apoyamos las movilizaciones del 17 en Ezkerraldea y la manifestación del 25 de la mayoría sindical. Lo que no queremos es quedarnos con los brazos cruzados y que, dentro de unos meses, nos quede la sensación de que podíamos hacer más. Arrancamos con estas manifestaciones, pero nuestra idea es ir enganchando a los ciudadanos para poner en pie una alternativa social. Porque hablamos de una Euskal Herria libre y soberana, pero queremos que sea con ciudadanos libres y donde el eje sean los derechos y la dignidad de las personas.

Txelui Moreno: Buscamos una línea permanente de actuación. Salimos el sábado de forma puntual porque estamos en contra de los recortes, pero mantendremos las movilizaciones porque creemos que hay una alternativa real y creíble que ofrecer a los ciudadanos. Una de nuestras claves es la acumulación de fuerzas, a través de la adhesión popular y la movilización. No podemos hacer un cambio social sin contar con la ciudadanía y ello supone que se movilice y que te presione para que demos pasos hacia adelante. Tenemos que conjugar la lucha y el trabajo institucional con la movilización social.

¿Es un planteamiento propio de sus formaciones o siguen la estela de los sindicatos?

O.M.: Insistimos en la complementariedad con los sindicatos. De la misma forma que pensamos que nosotros no debemos ser agentes activos en una huelga general, sí creemos que desde el plano político tenemos que trasladar nuestras reflexiones y preocupaciones, y también nuestras alternativas. En este caso la agresión a los trabajadores es brutal y, por tanto, la respuesta tiene que ser potente. La mejor manera de ello es que se levante un muro de contestación desde el campo social, el sindical y el político.

T.M.: Las cuatro formaciones que convocamos consideramos que nuestro deber político es responder sin quedarnos con los brazos cruzados.

La gestión de las instituciones ¿les está generando tensión con los sindicatos?

O.M.: Yo no hablaría de contradicciones sino de fricciones, que han surgido y que esperamos se solventen porque el objetivo final es común. Si desde los sindicatos se está en contra de los recortes y se denuncia que la salida no está en el neoliberalismo, nosotros estamos de acuerdo, porque queremos levantar una alternativa política comprometida con los derechos de los trabajadores. Somos agentes políticos y consideramos que damos un paso en favor de la acumulación de fuerzas para un nuevo escenario.

T.M.: Se están magnificando las diferencias. Todavía es pronto para sacar conclusiones de la labor de nuestras formaciones en las instituciones. Con las herramientas que tenemos, con las competencias actuales y el ordenamiento jurídico impuesto se está tratando de afrontar los problemas lo mejor posible y aplicar nuestro programa electoral. El quid de la cuestión está en cómo gestionar estas tensiones internas entre cuatro formaciones con visiones distintas en algunos aspectos sociales y económicos.

Pero hemos llegado a unos acuerdos de mínimos que nos permiten dar un giro a la situación y frenar la política que se llevaba hasta ahora desde la derecha. Por eso tampoco debemos asustarnos con las diferencias con sindicatos o con las críticas de algunos de ellos, porque debemos pensar en el conjunto de los ciudadanos.

O.M.: En cualquier caso, nuestros acuerdos de mínimos dejan el escenario mucho más claro que el del resto de formaciones. El hecho de que la Diputación de Gipuzkoa grave con un impuesto a las viviendas vacías y desocupadas demuestra que no estamos por el ladrillo; o cuando bajamos de dos millones a uno el límite de facturación para la exención fiscal de la empresas, demuestra que estamos por la progresividad fiscal. Son ejemplos de pasos que se van dando. Se están viendo cosas que nadie se había atrevido a poner en práctica.

Desde ELA han sido criticados por la respuesta al control del déficit público

O.M.: Hay que partir de que cualquier crítica es un elemento positivo si se hace con afán constructivo. Es una ayuda a superar dificultades. Evidentemente Bildu tiene mucho margen de mejora. Nosotros no tenemos el enemigo ni el adversario en la mayoría sindical vasca, por mucho que a veces mantengamos puntos de vista divergentes. Nuestro rival es quien nos impone un marco en el que perdemos los derechos.

T.M.: No tenemos temor a la crítica y no sólo de la mayoría sindical sino tampoco del resto de sindicatos. Es más, aspiramos a representar a todos los trabajadores, incluidos quienes no comparten los postulados de la mayoría sindical. Siempre estaremos abiertos a debatir, discutir, contrastar ideas o cualquier problema que afecte a los ciudadanos vascos.

O.M.: Nuestros proyectos, tanto Bildu como Amaiur, han surgido desde abajo y con afán de contar con todos los ciudadanos. Para nosotros es fundamental que cada paso que demos esté contrastrado, debatido, discutido y cuente con el mayor apoyo posible.

¿Son los recortes de gastos la solución a la crisis?

T.M.: Todas las medidas que han adoptado los gobiernos han sido contraproducentes para la salida de crisis. Recortes en gastos, recortes en derechos laborales, en las pensiones... todo ello ha supuesto más paro, más desigualdad. Se han vuelto a equivocar. Los recortes han precarizado las relaciones laborales, porque se mantiene o aumenta la productividad en peores condiciones, lo que implica, por ejemplo, el aumento de accidentes laborales. La reforma laboral que va a aplicar ahora el Gobierno del PP es la confirmación de que se tiende a la involución en las relaciones laborales.

O.M.: Están utilizando la crisis para dilapidar el mal llamado estado de bienestar. Las entidades financieras y los poderes especulativos están empujando en la dirección de que la salida de la crisis está en desbaratar el estado de bienestar, dejando sin cobertura social a decenas de miles de personas. En Euskal Herria ya son 200.000 personas sin trabajo y, a la par, las prestaciones sociales disminuyen, la protección se reduce, no se hacen políticas activas contra los desahucios, generado mayores bolsas de precariedad y exclusión. Es una situación insostenible que necesita una respuesta desde la izquierda en favor de un marco propio y un modelo social alternativo.

Quienes realmente mandan, que son los poderes financieros, que nunca se presentan a las elecciones por lo que nunca pierden, son los que determinan quiénes gobiernan y nos sitúan en un escenario que se parece más a la Edad Media que a un escenario industrial o postindustrial. Sin embargo, creemos que en Euskal Herria hay una masa social, sindical y política crítica y potente que está llamada a dar respuesta a este ataque. Y ante la magnitud de este ataque la respuesta tiene que ser contundente.

¿Hay culpables concretos de la crisis o hay que remitirse a la globalización económica y a los caprichos de los mercados?

O.M.: Hay responsables concretos que están practicando un terrorismo financiero. Hay determinados poderes económicos que no se someten a ningún tipo de plebiscito y que determinan que, en un planeta de recursos limitados, es más importante mantener los márgenes de beneficio, que satisfacer las necesidades humanas reales. En este sentido, no parece razonable que los estados inyecten gratis dinero de todos a los bancos por medio del Banco Central Europeo y al 1%, y que luego ese mismo dinero se lo presten los bancos a los estados y a los ciudadanos al 5, 6 ó 7%. Ese margen se llama usura y esa usura es violencia contra los que menos tienen.

T.M.: Precisamente quienes colocan a los primeros ministros de Grecia e Italia son parte importante de los que generan la crisis. El poder político está en manos del económico, que es el que impone las políticas. Y luego, la clase política recurre a frases hechas como lo que «entre todos saldremos de la crisis» o como dice Yolanda Barcina «con el esfuerzo de todos los navarros saldremos de la crisis», pero mientras miles de navarros van al paro ella se sube el 33% del sueldo.

¿Qué hay que exigir a los gobiernos de Nafarroa y la CAV en este contexto?

T.M.: Primero hay que pedirles seriedad y luego que sean capaces de presentar iniciativas y alternativas, y no hacer seguidismo de lo que hace el Partido Popular. En el caso de Nafarroa no hay ninguna propuesta alternativa a lo que diga el PP en Madrid. Se da encima la paradoja de que mientras privatizan los servicios públicos y hacen recortes en Sanidad y Educación y descapitalizan la Caja de Navarra, el Cupo que se paga a Madrid no para de crecer. Por este motivo es por el que reivindicamos la soberanía, la capacidad de decisión, y de tomar decisiones en igualdad a otros estados que sirvan para buscar soluciones alternativas.

O.M.: En Lakua el PSE, sostenido por el PP, no tiene ninguna intención de quebrar el guión marcado por los poderes especulativos. Entretanto, el PNV, con sus dimes y diretes, las llamaditas entre Urkullu y Ares y su propuesta de nuevos Pactos de la Moncloa, invita a pensar que sus únicas propuestas, su modelo, son los recortes brutales a los trabajadores realizados por CiU en Catalunya. Por ello es necesaria la movilización y la articulación de respuestas por parte de la izquierda; una propuesta alternativa desde Euskal Herria que apueste por un nuevo modelo, económico, energético, industrial, no vinculado al ladrillo o a coyunturas favorables, y que fije el eje en los derechos de las personas en lugar de los beneficios monetarios.

 

«Islandia puede ser una referencia»

Las propuestas de Bildu ¿tienen encaje en esta Unión Europea ?

Oskar Matute: En su tiempo la izquierda abertzales y otras corrientes ya hicieron una lectura crítica de la realidad de la Unión Europea, de lo que suponían Maastricht o la Constitución europea. Esta UE no es a la que aspira un europeísta para el que sus referentes son la dignidad humana y la solidaridad entre las personas. Nos hablan de los casos catastróficos de Portugal o Grecia y se silencian experiencias como Islandia, un país pequeño que puede tener más paralelismos por estructura y dimensión con Euskal Herria. Allí han puesto en práctica medidas que la están situando fuera de la crisis, juzgando a los banqueros y políticos, responsables de la crisis, y generando una constitución participativa, con más democracia.

Txelui Moreno: Islandia es un país que sale de la crisis con la presión popular, no por decisión del Gobierno sino de los ciudadanos. El problema es que la UE la asociamos con el capital y los mercados. Nos preocupa la Europa de los trabajadores, porque los vascos tienen problemas similares a portugueses o italianos.

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