«La izquierda abertzale solo utiliza Sortu para explotar el victimismo de la ilegalización, cuando en realidad ya son legales». El presidente del EBB del PNV elevó ayer el tono de sus acusaciones contra la izquierda abertzale. Durante un desayuno informativo organizado en Madrid por la agencia Europa Press, Iñigo Urkullu dijo que Ley de Partidos beneficia a la izquierda independentista vasca porque «alimenta su victimismo» y «mantiene el foco político donde le interesa».

Insistiendo en esa línea, añadió que la persecución política favorece que la izquierda abertzale «trate y consiga ocultar su incapacidad en la gestión diaria de la representación institucional que le corresponde». Además, destacó que este sector ya está representado a través de Bildu y Amaiur, por lo que defendió que se ponga fin a la Ley de Partidos.

Urkullu también habló sobre el encarcelamiento de Arnaldo Otegi. El presidente jelkide se mostró contrario a «la última detención» del portavoz independentista pero, no obstante, no quiso responder a la pregunta sobre si consideraba que debería salir de prisión. «Ese es un negociado que corresponde a la izquierda abertzale», señaló.

La situación de los presos políticos vascos también estuvo sobre la mesa. En este ámbito, el presidente del EBB abogó por «una política dinámica y flexible, más acorde a la nueva realidad, en la que la excepcionalidad ha perdido todo sentido».

Urkullu también habló sobre su reciente encuentro con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a quien transmitió la evolución de los trabajos del Grupo Internacional de Verificación (GIV), sin trasladarle ningún mensaje concreto. Según señaló, todas las formaciones vascas, salvo PP y Aralar, han mantenido reuniones con el citado grupo.

Por otro lado, Urkullu aprovechó su comparecencia ante los medios en Madrid para reafirmarse en su denuncia sobre las finanzas del Gobierno de Lakua. Aclaró que de su boca no salió la palabra «quiebra» y mantuvo que el consejero de Interior, Rodolfo Ares, le llamó para solicitarle ayuda ante la «extremada gravedad» de las cuentas del Gobierno autonómico. Pese a ello, tendió su mano al Ejecutivo de Patxi López, al que acusó de provocar «más deuda, más déficit y más desempleo».

Urkullu siguió negándose a responder si él será el aspirante del PNV a la Lehendakaritza en las próximas elecciones.