El primer sorprendido por la llamada de Hollywood fue el propio Daniel Espinosa. El joven realizador sueco de origen chileno triunfó internacionalmente con la adaptación de la novela negra de Jens Lapidus «Dinero fácil», volcada hacia el estilo documental sobre la delincuencia marginal que han impuesto títulos como «Gomorra» o «Un profeta». Lo consideraba un thriller demasiado duro y realista para encajar con los gustos de Hollywood, aunque entendió lo que querían de él al ser contratado por el mismo estudio que confió en Paul Greengrass para la saga «Bourne».

Dado que Espinosa ha vivido en el continente negro, los productores de «Safe House», que es como se titula originalmente «El invitado», no tuvieron inconveniente en que rodara en Sudáfrica. Además, le dejaron filmar las escenas de acción violenta de forma naturalista y de puro riesgo físico. Incluso el veterano Denzel Washington se implicó gustoso en un trabajo tan exigente, con tal de conseguir el clima de tensión adecuado. Interpreta a un antiguo agente de la CIA, perseguido por vender información reservada al mejor postor. En su huida, no tendrá otra opción que ponerse en manos de un agente inexperto al que da vida Ryan Reynolds, cuyo jefe directo es encarnado por el irlandés Bredan Gleeson.