acto a favor de la nueva Linea del TAV
En busca de la cohesión perdida
Arantxa Manterola
Pero también hay otro factor que ha influido sobremanera en la decisión de realizar el acto de reafirmación: la falta de cohesión entre las instancias que oficialmente impulsan el faraónico proyecto.
Hasta ahora, esta labor de defensa a ultranza ha corrido a cargo de algunos electos, con el presidente del Consejo de Aquitania Alain Rousset a la cabeza, que, por supuesto, también participaron ayer en la inédita iniciativa. No obstante, la unidad del denominado mundo económico-empresarial de Ipar Euskal Herria, que hace algunos años hacían piña en torno al proyecto, se ha ido resquebrajando y las fisuras han ido apareciendo, a veces discretamente y otras veces, no tanto.
Los posicionamientos contrarios provenientes del sector agrario de Ipar Euskal Herria (EHLG, ELB...) -que, por si alguien lo olvida, también son parte del tejido económico- son conocidos. Algo menos lo son los que proceden de las mismas filas de quienes ayer insistían con ahínco en convencer a los ciudadanos de la necesidad perentoria deconstruir una nueva vía para el TAV.
En su día, hace ya unos años, la posición contraria -y argumentada económicamente- de quien fuera presidente de la CCI de Baiona, Jacques Saint-Martin, provocó sorpresa no solo en las filas de los «anti». Impulsor del grupo «Le cercle de Burruntz», realizó junto a otras personalidades del ámbito socio-económico de Ipar Euskal Herria, un exhaustivo estudio que evidenciaba la falta total de lógica del proyecto.
Hace pocos días, el grupo Lantegiak hacía público un comunicado tras su asamblea general que, entre otros razonamientos, aducía que el proyecto «presenta escaso interés económico para el territorio» porque las empresas locales no se beneficiarán de la nueva línea. Citaban como ejemplo varias ciudades (Toulouse, Rennes) «no ligadas a una línea de alta velocidad» y que han conseguido un desarrollo económico importantísimo. Lantegiak posee cinco miembros en la ejecutiva de la CCI y uno de ellos, Pantxoa Bimboire, es vicepresidente de la institución económica.
El de ayer fue, sin duda, un acto de reafirmación para ambas partes (para los «pro» y para los «anti»). Sin embargo, la cohesión era palpable en los que chuparon frío fuera.