El sexto día de bombardeos agrava la situación en la asediada Homs
La ciudad siria de Homs vivió ayer el sexto día de bombardeos continuos, sobre todo contra los barrios donde se concentran las fuerzas insurgentes. La oposición denunció el ataque con armamento pesado sobre viviendas y hospitales, que ayer dejó más de un centenar de muertos y ha agravado la carencia de material sanitario, medicamentes y alimentos. El Ejército de Basher Al Assad mantuvo también su ofensiva sobre otros focos de la rebelión.
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«Los cohetes llueven sobre Bab Amro», indica un militante en la plaza Omar Chaker. «Hay cuerpos carbonizados en las casa alcanzadas por los bombardeos. Los habitantes se refugian en los pisos inferiores ante la ausencia de refugios», explica. Según la oposición casi 500 personas han muerto desde el 4 de febrero.
El Gobierno sirio, por el contrario, asegura que sus fuerzas persiguen a «grupos terroristas» a los que achacan los actos violentos contra civiles.
Según los Comités de Coordinación Local (CCL), más de un centenar de personas murieron ayer en la ciudad en los continuos bombardeos, que derruyeron varias viviendas y cuerpos de las víctimas quedaron atrapados bajo los escombros.
El hostigamiento con proyectiles de mortero es constante en los barrios de Bab Amro, Al Jalidiya y Al Bayada. «La situación es trágica. Los bombardeos afectan de manera indiscriminada a las viviendas de civiles», denunció el miembro de los CCL Salim al Homsi. Explicó que los heridos son atendidos en casas particulares o en las mezquitas, ya que los hospitales de campaña han sido bombardeados. Asimismo, denunció la escasez de medicamentos y material sanitario y pidió ayuda a las organizaciones internacionales.
Industria y tensión religiosa
Mientras Alepo representa el centro comercial y Damasco la capital política, la tercera ciudad del país, nombrada como «capital de la revolución», es el corazón industrial de Siria,
Al oeste se encuentran las refinerías de petróleo y los campos de gas, la línea de ensamblaje de automóviles de la empresa iraní Khodro Company (IKCO) y otras industrias privadas. También es un importante nudo de comunicaciones, que ve transitar las mercancías que llegan del Mediterráneo en dirección a Irak. El decimoprimer plan quinquenal que debía iniciarse en 2011 preveía un desarrollo considerable para Homs.
Pero el desarrollo no es lo único que crece en Homs. También lo hacen las tensiones confesionales, en una ciudad dividida en barrios suníes, alauíes, cristianos y mixtos, apretados unos con otros, pero donde la población convivía con normalidad hasta el inicio de la revuelta.
Los opositores acusan al régimen de atizar las disensiones religiosas, y recuerdan sobre todo la muerte de treinta personas de diferentes confesiones en julio de 2011.
Pero desde la oposición también los suníes guardan recelos. Se consideran los verdaderos habitantes de Homs y rechazan la llegada masiva de alauíes (confesión de los Al Assad), una rama de chiismo, desde finales de la década de 1960. Estos últimos, llegados sobre todo de las zonas rurales pobres, fueron recibidos con una mezcla de desprecio y envidia, porque se beneficiaron de más puestos en la administración y en empresas públicas que los suníes.
Además de Homs, el Ejército mantuvo las operaciones contra otros focos de la revuelta como Deir Ezzor, Zabadani y Madaya (a 30 kilómetros de Damasco(, Idleb y ciudades de la provincia de Deraa. La oposición contabilizó al menos 137 muertos en la ofensiva. Además, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que siete miembros de las fuerzas de seguridad murieron en una emboscada tendida a un autobús por desertores en un puente en la carretera entre Deraa y Damasco.
Los militantes opositores convocaron para hoy, como todos los viernes, una jornada de protesta, esta vez para denunciar el apoyo de Rusia al régimen.
El Gobierno sirio promulgó un decreto que prevé multas y penas de cárcel a quien cometa en internet actos de propaganda e incitación a cometer delitos, en especial si atenta contra el Estado y el orden general.
Con su resolución sobre Siria bloqueada en el Consejo de Seguridad de la ONU por el veto de Rusia y China, los estados occidentales buscan fórmulas para sortearlo. La iniciativa de Turquía, una conferencia internacional con actores regionales e internacionales, coincide con el propósito de EEUU de crear un «grupo de amigos» de Siria que actúe por su cuenta, según confirmó la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. Se trataría de un grupo similar al Grupo de Contacto sobre Libia, que organizó la ayuda internacional al bando insurgente que derrocó a Gadafi. Rusia ha adelantado su oposición. El portavoz de la diplomacia rusa, Alexandre Loukachevich, juzgó estos formatos «ilegítimos desde el punto de vista del derecho internacional». «Hay una experiencia extremadamente negativa, por ejemplo en Libia. Estamos en contra de cualquier formato encaminado al reforzamiento de la injerencia externa en un conflicto interno en favor de uno de los bandos enfrentados», añadió. Para la oposición siria, el bloqueo en la ONU aumenta la opción militar y reclama armamento a países árabes y occidentales. Algunas armas ya están llegando, pero para acabar con el régimen necesitarían además otro tipo de intervención al margen de la ONU, como hizo la OTAN en Kosovo. Los países occidentales también pueden recurrir a la Asamblea General de la ONU, y obtener allí el respaldo a algún tipo de intervención, como sucedió en 1950 en el caso de la guerra de Corea. Mientras tanto, el Consejo de Seguridad estudia la petición de la Liga Árabe de enviar una misión conjunta de la ONU y este organismo a Siria. La Liga decidió ayer volver a enviar los observadores que había retirado. GARA
