CRóNICA | PAROS EN EL SECTOR púBLICO
Miles de trabajadores rechazan los recortes y piden otras políticas
Los sindicatos indicaron que la respuesta a la jornada de paros en el sector público fue «proporcional al enfado y preocupación de la gente».
Joseba SALBADOR - Juanjo BASTERRA
Los sindicatos convocantes, ELA, LAB y STEE-EILAS, que contaban con el apoyo de ESK y de las formaciones políticas Bildu y Aralar, no ocultaban su satisfacción por el «seguimiento generalizado» a los paros de cuatro horas convocados en el sector público, que se desarrollaron con absoluta normalidad y que constituyeron una respuesta «proporcional al enfado y preocupación que tiene la gente», según afirmó en la manifestación de Bilbo la responsable del área pública de LAB, Arantxi Sarasola.
Los sindicatos destacaron que el mayor seguimiento se dio en la Educación, en los ayuntamientos y en las sociedades y empresas públicas. Según estos datos, en la enseñanza no universitaria y Haurreskolak, donde se establecieron servicios mínimos, el seguimiento se situó por encima del 70%, mientras que en la Universidad Pública el paro fue importante. En las ikastolas, fue superior al 70%, aunque tuvo menor incidencia en los demás centros concertados. También las clases se vieron resentidas en las Escuelas de Música municipales.
En los distintos ámbitos de Osakidetza, tanto en la red de hospitales como en la atención primaria, tuvo un seguimiento superior al de las anteriores convocatorias, pese a que influyeron «notablemente» los servicios mínimos impuestos.
En cuanto a las administraciones forales y municipales, los sindicatos indicaron que el paro fue «muy importante» en los diferentes servicios de las diputaciones, donde el paro se situó en torno al 65%.
En las capitales, el llamamiento fue secundado por el 65% del personal del ayuntamiento de Gasteiz, el 75% en el de Donostia y el 80% en el de Bilbo. Mientras, el paro fue total en decenas de ayuntamientos de los tres territorios.
En lo que respecta a la Administración autonómica y al sector de Justicia, apuntaron que el paro fue superior al de otras convocatorias y alcanzó al 65%.
En las sociedades y empresas públicas llamadas al paro, el seguimiento fue «total» y solo funcionaron los servicios mínimos. En concreto, a la protesta se sumaron la gran mayoría de los trabajadores de Metro Bilbao, Eusko Tren, Tranvía, Neiker, Itsasmendi o EITB. En Renfe, se cumplieron los servicios mínimos.
En la administración del Estado, la incidencia fue menor, aunque se llevaron a cabo diversas concentraciones y movilizaciones.
Los trabajadores que dejaron sus puestos de trabajo entre las 11 y las 15 horas se manifestaron al mediodía en Bilbo, Gasteiz y Donostia, que en total congregaron a más de 22.000 personas, lo que reflejó la importancia del paro, según indicaron los convocantes.
En Bilbo participaron 10.000 personas y desde que la cabeza de la marcha llegó a la sede del Gobierno de Gasteiz en Gran Vía 85, transcurrieron más de 50 minutos hasta que llegó la cola de la manifestación. El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, y la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, participaron en el acto, que se inició en la plaza del Teatro Arriaga, lugar donde confluyeron diferentes columnas procedentes de las principales instituciones de la capital.
Algo similar ocurrió en Donostia, donde columnas procedentes de los juzgados, las oficinas de Lakua y la Diputación confluyeron en el Boulevard, desde donde partió la manifestación que congregó a 7.000 personas entre las que se encontraban el alcalde de la capital, Juan Karlos Izagirre, el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, y la diputada de Hacienda, Helena Franco.
En Gasteiz, las columnas de empleados públicos partieron desde Lakua y desde el Hospital Santiago, para confluir en la plaza de la Virgen Blanca, desde donde arrancó la comitiva que reunió a 5.000 personas.
En el acto de Bilbo, Arantxi Sarasola (LAB) reclamó a los gobiernos «que recapaciten y que empiecen a adoptar otro tipo de políticas públicas, porque, como están comprobando, la respuesta es cada vez mayor, y es proporcional al enfado y preocupación que tiene el sector».
Igual advertencia remitió al Gobierno español, al que recordó que «quienes nos hemos reunido aquí estamos hartos de que nos digan cuáles son los presupuestos públicos que tenemos que elaborar, cuáles son los servicios públicos que tenemos que tener. Nosotros somos quienes tenemos que decidir cuáles son los que nos tenemos que dotar, no hace falta que venga el Gobierno de Madrid a decirnos nada».
Igor Eizagirre (ELA) remarcó que estos recortes «nos llevan a la destrucción de empleo público» y apostó por unos servicios públicos de calidad. A su juicio, este ataque «no solo afecta a los trabajadores del sector público, sino va contra toda la sociedad». Belén Arrondo (STEE-EILAS) dejó claro que los objetivos de la protesta son «la defensa de los servicios públicos, marcar una posición contraria a su privatización y defender las condiciones laborales de quienes trabajamos en el sector público».
Profesores del Instituto de Gernika decidieron trabajar y pidieron que el dinero de su jornada se destine a los colectivos más afectados por la crisis, en lugar de que revierta a manos de la Administración.
«Queremos decir alto y claro que nos van a tener en frente hasta conseguir unos servicios de calidad. Este ataque directo no solo afecta a los trabajadores del sector público, sino que va contra toda la sociedad».
Los sindicatos destacaron que el seguimiento fue total en los centros de Bilbo, Gasteiz y Miramon de EITB, y que varios programas quedaron suspendidos «pese a los intentos de la dirección de sacarlos adelante».
«Estamos hartos de que nos digan cuáles son los presupuestos públicos que tenemos que elaborar, cuáles son los servicios públicos que tenemos que tener. Nosotros somos quienes tenemos que decidir».