Casablanca y otras ciudades marroquíes acogieron ayer nuevas manifestaciones convocadas por el Movimiento del 20 de Febrero para exigir reformas democráticas y que se ponga fin a la corrupción, en el primer aniversario del inicio de las protestas de la Primavera Arabe en el país magrebí.

Unas 2.000 personas se congregaron en el centro de Casablanca, según los cálculos de la agencia France Presse, junto a las tiendas de campaña y pancartas instaladas la noche anterior en el lugar. Los reunidos cantaron, bailaron y lanzaron consignas pidiendo una democracia de verdad.

Fuentes oficiales redujeron la participación en las protestas desarrolladas en todo el país a «un millar de personas», evitando concretar cuántas de esas personas se dieron cita en la ciudad más poblada de Marruecos.

«Preferimos ser 200 manifestantes con reivindicaciones claras y precisas que ser miles de personas con mensajes contradictorios», declaraba Ahmad Mediany, uno de los portavoces del movimiento, al ser preguntado por los periodistas sobre la relativamente baja participación en las protestas de ayer.

«El Movimiento del 20 de Febrero no ha conseguido todos sus objetivos, pero ha logrado que el ciudadano marroquí ya no tenga miedo. Hemos eliminado el terror, que estaba generalizado», declaraba a los medios el joven rapero Mouad Belghouat, recién excarcelado.