Mikel González marcó el 0-1 en la primera llegada al área granadina, pero la alegría solo duró dos minutos
Sin regularidad no hay tranquilidad
Los blanquiazules jugaron un muy mal partido y se vieron perjudicados por Fernando Teixeira Vitienes, que no sancionó una falta previa al empate del Granada y expulsó a Illarramendi antes del descanso. En la segunda parte la Real no supo jugar en inferioridad.
GRANADA 4
REAL SOCIEDAD 1
Joseba ITURRIA
La Real no termina de encontrar la regularidad que le permita distanciar la zona de descenso y afianzarse en una zona tranquila. Tras firmar ante el Sevilla uno de los mejores partidos de la temporada completó en Granada uno de los peores y se vio perjudicada por la pésima actuación de un mal árbitro como Fernando Teixeira Vitienes.
El cántabro no sancionó una falta clara sobre Carlos Martínez previa al gol del empate de Iñigo López, castigó de manera rigurosa con roja directa a Asier Illarramendi por querer cortar una contra con una zancadilla y tras el descanso tuvo que mostrar la segunda amarilla a Iñigo López tras realizar una dura entrada a Griezmann en la que ni tan siquiera señaló la falta.
También es verdad que no sancionó después de la expulsión de Illarramendi un claro penalti de Carlos Martínez sobre Fran Rico, al que además mostró tarjeta amarilla, y que podía haber castigado con la expulsión al lateral navarro, pero todo lo que pasó a partir del minuto 11 pudo ser diferente si la Real no ve perdida su ventaja tan pronto.
La Real se vio perjudicada por el arbitraje, pero no se puede reducir el análisis del partido a su actuación. Los blanquiazules estuvieron mal todo el partido, con once y con diez. Y eso que casi sin buscarlo se encontraron con el gol de Mikel González en la primera aproximación al área.
Desde el inicio del partido el Granada estuvo mejor y encontró demasiadas opciones de estrategia en el primer tiempo. El gol de Iñigo López en el tercer corner del Granada en once minutos no debió subir al marcador, pero el central tuvo otros dos remates más claros a balón parado sin que la defensa realista supiera controlar al mayor peligro local en esas jugadas.
Superados en el centro
Además de conceder demasiados remates a Iñigo López, el centro del campo realista fue superado con claridad por el del Granada. Los dos Rico y Martins, con el apoyo de un Abel Gómez que dejaba la banda derecha libre para las subidas de Nyom, se impusieron a Markel, Aranburu e Illarramendi. Mikel Rico, especialmente, encontraba con facilidad a Martins y los de Montanier no encontraban la fórmula de cortar esa vía de suministro.
Los blanquiazules tuvieron muy poca posesión de balón, un 42% en el primer tiempo con igualdad numérica, y además no supieron aprovechar los riesgos de la defensa adelantada con la que jugaba el Granada. En los pocos metros en los que se disputaba el partido los centrocampistas granadinos combinaron mejor y solo un par de buenos movimientos de Agirretxe permitieron superar esa línea arriesgada, pero sin llegar a crear ocasiones porque la Real estuvo desafortunada con el balón.
En la primera jugada en la que abrió el balón Agirretxe a Xabi Prieto, el donostiarra y Aranburu estuvieron muy desacertados y de una clara contra en superioridad a la altura del área rival se terminó en un balón comprometido en el centro del campo. Y en una jugada similar llegó el contragolpe que Asier Illarramendi quiso cortar con una falta demasiado evidente y que dejó a la Real con diez por quinta vez fuera de casa esta temporada.
Mal con diez
Si en tres de ellas -en Gijón, Villarreal y Santander-, la Real había sido capaz de mejorar actuaciones de otros años cuando se quedaba con diez, ayer lo hizo muy mal. Colocó dos líneas de cuatro muy cerca de su área y dejó a Agirretxe como una isla en el centro del campo y ese planteamiento no impidió al Granada realizar dos disparos antes de la jugada del 2-1, muy mal defendida por todo el equipo y, especialmente, por Carlos Martínez y Markel.
El navarro permitió recibir a Franco Jara con demasiados metros y en lugar de ir a por él y forzarle a jugar hacia fuera, cometió su mayor defecto, recular demasiado y regalarle dos metros y la opción a un jugador diestro de recortar hacia dentro para buscar el disparo desde el interior del área. Era esa la salida que tenía que haber tapado, aunque también Markel debió acudir a ayudarle e impedir al argentino tirar sin oposición.
Por si fuera poco, Mikel Aranburu perdió enseguida un balón con el elgoibartarra mal colocado que permitió una contra clara en la que, con la ayuda de la fortuna, Uche marcó el primero de sus dos goles. Abel entendió que la única manera de perder la ventaja era que Teixeira expulsara a algún jugador y retiró a Iñigo López, al que ya había perdonado la segunda amarilla.
Iba a ser Siqueira el expulsado a cinco minutos del final, pero en igualdad numérica el Granada fue capaz de marcar un cuarto gol en una acción en la que Bravo estuvo mal al no salir a por el envío largo y al no atajar el remate de Franco Jara.
Fue un resultado que permite al Granada adelantar a la Real y tener el average particular a favor. Los blanquiazules perdieron cuatro de los seis puestos que avanzaron el lunes y hoy pueden retroceder otro si el Betis puntúa en Zaragoza, lo que le lleva a mirar hacia abajo.
Y es que estos partidos con rivales directos son los que definen dónde va a estar un equipo y si la Real no encuentra una regularidad no tendrá tranquilidad en su primer objetivo de lograr la permanencia. Será el peaje a pagar por jugar con jóvenes, pero hay que corregir esta irregularidad cuanto antes.
Aunque en un principio Philippe Montanier era partidario de «no hablar del árbitro» y de felicitar al Granada «un buen equipo y peligroso», luego dijo que «las decisiones del árbitro han sido muy determinantes y pienso que teníamos capacidad de empatar jugando once contra once. Después de la expulsión todo ha sido muy difícil».
No quiso pronunciarse sobre las jugadas polémicas, aunque admitía que «si no se habla del árbitro es complicado hablar del partido» y que «hubiera querido jugar once contra once todo el tiempo porque era un partido muy importante. Si con once ya es difícil plantar cara al Granada, con uno menos es peor aún». Añadió que hasta el 2-1 se defendió bien y que después «todo fue más fácil para el Granada».
El entrenador del Granada, Abel Resino, dijo que «hemos controlado el partido de cabo a rabo, hemos sabido elaborar y ha sido una victoria clara que vale más ante un rival directo que estaba en buena línea».
Mikel González y Xabi Prieto coincidieron al trasmitir a la web de la Real que el árbitro condicionó el partido. El central comentó que «quedarte con diez en la segunda parte condiciona mucho. No ha ido a agredir, ha ido a cortar una jugada sin mala intención, el árbitro se ha equivocado y eso nos ha condicionado mucho». El donostiarra compartió que la «expulsión de Illarra ha condicionado el partido. Con uno menos nos ha costado mucho. En el primer gol hay falta clarísima a Txarli y la expulsión, por lo menos, es rigurosa». GARA
Fernando Teixeira Vitienes escribió en el acta que en el minuto 77 expulsó al entrenador de porteros de la Real, Roberto Navajas, «por levantarse del banquillo dirigiéndose al cuarto árbitro protestando a voz en grito una decisión mía continuando con varios reproches a nuestra actuación. Una vez expulsado intentó en tres ocasiones regresar al área técnica en actitud desafiante, siendo retirado por el delegado de campo. Una vez finalizado el partido entró al terreno de juego de la misma forma».
El juvenil ganó ayer 4-2 a Osasuna y amplía a tres puntos su ventaja sobre el segundo, el Athletic, que empató en casa. El cadete ganó 3-0 a la Cultural y sigue líder con cinco puntos sobre el Athletic. El Easo perdió 1-0 en Sestao y el infantil derrotó 0-1 al Ordizia en partido aplazado.