A pesar de estar inmersos en plenos carnavales, Bengoetxea VI-Apraiz consiguieron ayer en Eibar una victoria prácticamente de cuaresma, sin ninguna alegría ofensiva y forjada a base de fallar menos que el rival. Por juego y espectáculo, el de ayer en el Astelena fue un triunfo en las antípodas del conseguido hace tres semanas ante Martínez de Irujo-Barriola en el Labrit pero, sin embargo, clasificatoriamente el de ayer puede tener una trascendencia material mucho mayor.

A medida que avanza el campeonato, y con los últimos resultados comprimiendo la tabla, el de ayer era uno de esos partidos en los que perder estaba prohibido y los nervios y la presión se hicieron notar en exceso. Pese a los halagos del día de la elección, el material también terminó por comerse a los zagueros y todo ello tuvo como consecuencia un partido en el que se impuso el fallar menos.

Y es que el hecho de que la pareja ganadora fuera capaz de llegar al cartón 22 con solo cuatro tantos realizados en juego, más tres saques, explica muy bien lo sucedido ayer en Eibar. Darle la vuelta a ese mismo dato supone que Berasaluze VIII (2) y Albisu (13) cometieron hasta 15 fallos, y dando tantas facilidades es casi imposible llegar a 22, aunque ayer tampoco se quedaron tan lejos del objetivo.

Cuantitativamente, el zaguero de Ataun pagó uno de esos peajes de los que le quedan para asentarse en una elite en la que seguro tendrá sitio. Con dos manos tan sueltas, el guipuzcoano debe aprender todavía a elegir las pelotas a las que le debe soltar, y ayer anduvo sin poder cogerle las medidas a un Astelena en el que apenas ha jugado.

Falta de saque

Sin embargo, cualitativamente, Pablo Berasaluze también debe estar acordándose todavía del enorme error que cometió en el momento menos oportuno. Porque, pese a todas las pelotas que su compañero no pudo poner en el verde, los colorados llegaron con las opciones intactas a la recta final del partido y, con 19-20 en el marcador, el de Berriz cometió falta de saque al buscar la derecha de Apraiz.

Entre los mucho despropósitos acumulados por ambos bandos, en el 8-9 a Apraiz se le metió una pelota en su derecha y fue en los saques donde el de Gernika más padeció. Cuatro saques, sin aparentemente demasiada dificultad -además de una corta racha en la que a Pablo le funcionó el gancho-, habían sido el principal argumento de la pareja vizcaino-guipuzcoana para volver al partido las dos veces en las que los azules parecían escaparse, pero a su vez fueron también su condena.

En definitiva, sin jugar, para nada, un buen partido, Bengoetxea VI-Apraiz lograron un punto vital para mantenerse en el pelotón de perseguidores.