El Comité Internacional de la Curz Roja (CICR) seguía ayer negociando con el Gobierno sirio y con la oposición armada para poder lleva adelante la evacuación de Homs de toda las personas que necesiten tratamiento médico urgente «sin excepciones». El viernes, ambulancias del Creciente Rojo sacaron del barrio de Baba Amro, el más castigado por el asedio de las fuerzas leales al régimen de Bashar al-Assad contra la ciudad, que se prolonga más de tres semanas, a siete heridos y a veinte mujeres y niños.

Coincidiendo con estas negociaciones, los opositores Comités de Coordinación Local (CCL) informaron de que caían proyectiles de mortero sobre Baba Amro, donde se escucharon varias explosiones, mientras que el barrio de Al-Hamidiya y Al-Jalidiya eran también blanco de las bombas.

Los CCL indicaron que el viernes por la noche miembros del Creciente Rojo entraron en Homs, pero que las fuerzas de seguridad del régimen les negaron la entrada a Baba Amro. Por su parte, las autoridades sirias acusaron a «grupos armados» del fracaso de la misión al «bloquear el proceso de evacuación y rechazar la entrega de los heridos y los cadáveres», entre ellos los de los dos periodistas occidentales fallecidos el miércoles.

El periodista de Radio Francia Internacional Karim Lebhour destacó en su cuenta Twitter que el Creciente Rojo no ha podido evacuar a los periodistas heridos que permanecen en Homs porque «parece que los rebeldes querían evacuar primero a otros heridos» y no porque se nieguen a abandonar el lugar sin la presencia de los embajadores francés o estadounidense, tal y como habían dicho los CCL.

Desde comienzos de semana, el CICR intenta lograr un cese de las hostilidades en todo el país para llevar ayuda a las poblaciones más afectadas, en especial a Homs, cuyos habitantes carecen de alimentos y medicinas básicas, electricidad y comunicación con el exterior.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que ayer murieron 57 personas, 41 de ellas civiles.

En este contexto, los sirios están llamados hoy a votar en referendo el proyecto de Constitución elaborado por el régimen sirio y que supone el principal hito del proceso de reformas anunciado para acabar con las protestas, que se han cobrado ya más de 6.000 muertos en casi un año. El nuevo texto permitiría la celebración de elecciones multipartidistas en tres meses, lo que pondrá fin al monopolio del partido Baaz de Al-Assad.

Sin embargo, la oposición ve el proceso con escepticismo y ha pedido a la población que no participe en la votación.

Intervención militar, «jamás»

Continuaban también los ecos de la cumbre de «Amigos de Siria» celebrada el viernes en Túnez, que ha decepcionado a la oposición allí presente, el CNS, y cuyo «fracaso» fue destacado por los medios afines a Bashar al-Assad y las propias autoridades. La declaración final condena al régimen, exige el cese de la violencia, llama a adoptar más sanciones contra Damasco y expresa su apoyo al opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), pero no incluye el aval a una intervención militar directa ni a armar a la insurgencia, como planteaban las monarquías árabes y el CNS, ni a la concesión de inmunidad a Al-Assad, como propuso el presidente tunecino y anfitrión, Moncef Marzouki.

Este insistió, según informó la agencia estatal TAP, en que Túnez «jamás aceptará una intervención militar en Siria», una opción que consideró «un grave error», y pidió la formación de «una fuerza árabe para el mantenimiento de la paz y la seguridad». «Túnez apoya una solución basada en un acercamiento político», añadió, antes de citar como ejemplo la manera en que se alcanzó un acuerdo en Yemen y proponer «la inmunidad judicial» Al-Assad y los principales responsables del régimen.

Una posición, la de Marzouki, apoyada por el opositor sirio Órgano de Coordinación Nacional para el Cambio Democrático, integrada por personalidades independientes y partidos políticos como el Partido Árabe Socialista Democrático, el Partido Comunista del Trabajo Sirio, el Baaz Democrático Árabe Socialista, la Coalición de Izquierda Marxista o el Partido de la Izquierda Kurda en Siria, que se opone a las políticas intervencionistas del CNS y que rechazó acudir a Túnez al constatar que la cumbre buscaba un objetivo distinto al pretendido por el mandatario tunecino cuando realizó la invitación.