En la primera jornada de su comparecencia como imputado ante el juez instructor del «caso Palma Arena», José Castro, el yerno del rey, Iñaki Urdangarin, se desvinculó de la supuesta trama de sociedades que sirvió supuestamente para desviar a paraísos fiscales fondos del Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro que él presidió entre 2004 y 2006 y logró suculentos contratos con la Administración. Después de ocho horas y media de declaración, durante las cuales la línea de investigación se amplió con tres nuevas empresas sacadas a colación por el magistrado, su comparecencia se interrumpió y se retomará hoy.

Según informaron a Efe fuentes jurídicas, el juez advirtió además a Urdangarin de que le volverá a citar a declara como imputado en esta pieza del «caso Palma Arena».

La Fiscalía Anticorrupción sospecha de que Urdangarin y su exsocio Diego Torres crearon una «estructura societaria» en Belice y Gran Bretaña que utilizaron, supuestamente, para desviar cientos de miles de euros de Nóos, a través de una empresa radicada en Gran Bretaña y con una filial en el Estado español.

Fuentes judiciales indicaron, según recogieron distintos medios, que trató de descargar toda la responsabilidad en su exsocio y sostuvo que al frente del Instituto Nóos desempeñó siempre un papel institucional, ajeno a las actividades ahora bajo sospecha, y que tras dejar el cargo, en 2006, cuando el monarca español le pidió que abandonara sus negocios con la Administración no mantuvo ninguna relación con esa entidad. Por supuesto, exculpó a la su esposa, la infanta Cristina de Borbón, socia en una de las empresas investigadas.

Durante su larga declaración, dio cuenta de reuniones mantenidas con el expresident valenciano Francisco Camps, la alcaldesa de València, Rita Barberá, y el expresident balear Jaume Matas, quienes adjudicaron al Instituto Nóos la organización de varios eventos.

A su llegada a los juzgados para responder por su imputación en los supuestos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación, y tras meses de silencio, Urdangarin señaló a los medios de comunicación que «vengo a aclarar la verdad y a defender mi honor».

Medio millar de personas recibió al yerno del rey en las inmediaciones de los juzgados con gritos contra la monarquía y a favor de la república, y contra la corrupción.