Miguel Mata González | Sestao
Esta reforma laboral
Tengo 64 años; mi niñez la pasé en la posguerra; mi juventud en plena dictadura; con otros muchos, consiguiendo a base de lucha, riesgo y esfuerzo la libertad y la democracia. Entonces y después fuimos mejorando los salarios, punto a punto, décima a décima, así como nuestros derechos laborales.
Estos años atrás, los usureros del mundo financiero nos crean una crisis que nos empobrece y envía al paro y la miseria a millones de personas. Ahora nos rematan, quitándonos derechos y bajando salarios, tan duramente conquistados, para ellos seguir ganando más y más. Me siento como si me rasgaran la piel a tiras.
Mi patrón, que era un gran emprendedor, me decía: «para que una empresa vaya bien, es necesario que los trabajadores estén a gusto, comprometidos con ella». Así se dejarían de oír aquellas frases de «en el salario me engañarán, en el trabajo, no», o «a la empresa que le den por saco», cosa que nunca compartí; preferí luchar.
Ahora, para competir, son necesarias más que nunca las cosas que me decía mi patrón, porque si nos bajan los salarios y nos quitan los derechos, se volverán a oír esas mismas frases. Mi padre y mi patrón confiaban mucho en la juventud. Yo no voy a ser menos. Pero luchad, para que no nos arrebaten lo conseguido.