Maite SOROA | msoroa@gara.net
El franquismo, ni tocar
El supuesto intento de Garzón de juzgar los crímenes del franquismo, que no llevaba a ningún sitio, ha quedado en nada. Mejor dicho, en algo que ya sabíamos pero confirmado y avalado por el Tribunal Supremo español: que la impunidad de esos crímenes es intocable. La derechona comentaba ayer en sus medios la sentencia, que les parecía estupenda precisamente en su parte más escandalosa.
«La Razón» decía en primera que el Supremo absolvió a Garzón... pero «prueba que investigó delitos prescritos». Que quede claro. En un punto editorial muestra su satisfacción: «El Tribunal Supremo ha absuelto a Baltasar Garzón en el caso del franquismo, pero no le ha salvado del ridículo que cometió como juez, cuya competencia profesional parece sonrojar a los magistrados». ¿Recuerdan cuando, por lo mismo que recientemente el Supremo condenó a Garzón, en «La Razón» le aplaudían con las orejas y pedían más al juez prevaricador? Ya, cuando se trata de instruir sumarios contra vascas y vascos no es lo mismo, ¿no?
«Libertad Digital» también se muestra satisfecho en su editorial por la sentencia. No por la absolución, sino porque deja claro que los crímenes franquistas no hay ni que mencionarlos: «La absolución del ex juez Baltasar Garzón por pretender juzgar a un bando de la Guerra Civil no ha impedido que el Tribunal Supremo exponga sus atrabiliarios métodos como instructor (...). Se saltó el Tratado Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Ley de Amnistía de 1977, la norma sobre la prescripción de delitos y prácticamente todos los preceptos del proceso penal, y lo hizo con el propósito de abrir una causa general al franquismo, algo para lo que ningún juez está legitimado», lo cual a los de Federico les parece perfecto.
También «El Mundo» se regodea en su editorial por el «varapalo jurídico» que el Supremo le da al juez que tantas alegrías le dio en otro tiempo: «En suma, Garzón queda retratado como lo que ha sido: un juez que no creía en el Derecho y que ha aplicado la ley de forma arbitraria para conseguir fines que nada tenían que ver con la Justicia». Pues no, no se refiere a todos los sumarios que ese juez instruyó de forma aun más arbitraria y llevaron a la cárcel a mucha gente, cerraron medios de comunicación, ilegalizaron organizaciones políticas y sociales... Eso, para «El Mundo», sí tiene que ver con la Justicia. Con la suya.