NUEVO TIEMPO EN EUSKAL HERRIA
La izquierda abertzale buscará acuerdos sobre su declaración
Abrirá una ronda con agentes vascos para debatir sobre el documento presentado en el Kursaal, que incluye cuestiones como el cese de toda violencia, las víctimas, la justicia transicional y la Comisión de la Verdad. Emplaza también a quienes insisten en acusarle de «insuficiencia»
Ramón SOLA | DONOSTIA
Dos días después del acto político celebrado en el Kursaal de Donostia, Maribi Ugarteburu y Hasier Arraiz explicaron ayer en rueda de prensa que ``Konponbide haizea dabil'' no constituye un documento «a interpretar de manera aislada», sino que lanza una línea de trabajo nueva y con mucho desarrollo. Así, revelaron que en las próximas semanas iniciarán reuniones para tratar de buscar puntos en común. Cursarán invitaciones a diversos agentes del país. También a PP y UPN, concretaron a preguntas de los periodistas.
``Konponbide haizea dabil'' (``Viento de solución'') fue el nombre con que se presentó esta declaración. El mensaje se completaba ayer con otra frase que hizo de telón de fondo de la rueda de prensa: ``Askatasun haizea dabil'' (``Viento de libertad''). Antes que nada, Arraiz y Ugarteburu situaron el texto como una aportación de la izquierda abertzale para dar contenido a la hoja de ruta marcada en la Declaración de Aiete de octubre pasado, y que sigue siendo su guía principal junto al Acuerdo de Gernika.
Precisaron también que el documento, al igual que toda la iniciativa de la izquierda abertzale, tiene dos destinatarios bien definidos, que son la sociedad vasca y la comunidad internacional. En este sentido, pusieron en valor que «los agentes que representan la mayoría política y social de Euskal Herria hayan valorado con muchos matices pero de forma positiva la declaración». Igualmente se mostraron satisfechos por la presencia de representantes de Sinn Féin y el Congreso Nacional Africano (ANC) en el Kursaal.
Apelaciones
Frente a esta cara de la moneda situaron una cruz: «Es significativo que hayan sido PP y PSOE los que realizan una valoración negativa de la declaración. Son los mismos que constituyen el frente del no, y representan posiciones minoritarias en Euskal Herria. Llama la atención que cada vez que la izquierda abertzale realiza una nueva aportación para el proceso democrático, estos dos partidos res- pondan desde el enfado», expusieron los representantes de la izquierda abertzale, para quienes el motivo es muy evidente: «Tienen verdadero pánico a la apertura de un escenario democrático de libre confrontación de ideas y proyectos».
Arraiz y Ugarteburu introdujeron un inciso añadido: «Esos mismos que ponen sobre la mesa el discurso de la insuficiencia y añaden una y otra vez nuevas exigencias, solo para la izquierda abertzale, son los que siguen imponiendo su proyecto político español haciendo uso de la violencia».
Reproduciendo partes del contenido de la declaración, los representantes de la izquierda abertzale hicieron varias apelaciones a quienes siguen instalados en el latiguillo de la «insuficiencia» como única respuesta. En primer lugar recordaron que en ``Konponbide haizea dabil'' «hemos pedido la desactivación definitiva de todas las armas», para añadir acto seguido que «sería un avance, insuficiente pero avance, que el Estado dijera que ya no va a utilizar más sus armas».
Del mismo modo, apuntaron que con las menciones a las víctimas «la izquierda abertzale ha pretendido asumir su parte de responsabilidad que ha tenido como agente político en estas décadas». Ugarteburu y Arraiz añadieron que «sería un paso, insuficiente pero un paso, que el resto hicieran algo semejante. Con el lenguaje que crean oportuno, pero que lo hicieran».
En tercer lugar, reiteraron su propuesta de una Comisión de la Verdad y se dirigieron a quienes la desprecian para preguntarles «si acaso temen que se conozca toda la verdad. Mucho nos tememos que quieren seguir ocultando con sus mentiras una realidad sangrante en nuestro país: la realidad de las dolorosas consecuencias del conflicto, con el dolor generado por ETA y otras organizaciones armadas, pero también por las fuerzas parapoliciales, terrorismo de Estado, represión, políticas de `tirar a matar', torturas o malos tratos».
«Contenidos valiosos»
En resumen, la izquierda abertzale tiene claro que la declaración del Kursaal recoge «contenidos que serán valiosos para avanzar en el proceso de soluciones», y por ese motivo quiere compartirlos y contrastarlos con el resto de agentes.
En la ronda de preguntas se planteó a sus portavoces si tras la declaración contemplan acudir a algún acto en recuerdo de víctimas de ETA. Arraiz explicó que la posición de ``Konponbide haizea dabil'' marca cuál va a ser la línea de la izquierda abertzale como una «línea de trabajo integral», pero sin incurrir en «gestos artificiales o de cara a la galería». Ugarteburu añadió que el objetivo es que las víctimas pasen a constituir un activo para la resolución y no un elemento para el «atrincheramiento», como ha ocurrido hasta ahora, «cuando se ha hecho uso y abuso de su propio dolor».
Tras esta rueda de prensa, desde PSE y PP volvieron a oírse mensajes contra la posición de la izquierda abertzale. Idoia Mendia, portavoz de Lakua, recalcó su oposición a una Comisión de la Verdad y al criterio de la justicia transicional introducido en el documento, y añadió que la declaración «no borra años de silencio cómplice». Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, dijo en su línea habitual que la izquierda abertzale «tiene más cara que espalda».
Careo Amaiur-PP en el Senado
Mientras tanto, este debate se plasmó también en la Comisión Constitucional del Senado. Allí el electo de Amaiur Alberto Unamunzaga instó a la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáez de Santamaría, a tener «altura de miras» en una situación «histórica».
Sáenz de Santamaría le reprochó que hablara de derechos humanos: «Si quiere, hablamos de lo que son torturas, de lo que son tratos inhumanos, de lo que es degradante para las personas y para las familias; quitarles la vida y la libertad puede servir». Tras ello, instó a Amaiur a dirigirse a ETA: «No me lo pida a mí, no se lo pida a los demócratas, pídaselo a quienes hace mucho tiempo decidieron salirse de la democracia y parece ser que no se les ve con mucho ánimo de dar un paso definitivo, final y concluyente».
En su réplica, Unamunzaga afirmó que no admite «ningún tipo de lecciones de democracia y respeto a los derechos humanos» cuando estos se vulneran con claridad en Euskal Herria, a un nivel desconocido en toda Europa. La vicepresidenta decidió zanjar el debate diciendo que ella ha estado en muchos funerales provocados por las acciones de ETA.
«Los momentos son positivos. Debemos coger la situación con la esperanza de que esto se tendrá que terminar. Vamos pasito a pasito. Les va a costar mucho trabajo, pero este va a ser el fin. Mientras tanto, y después, seguirá funcionando el Estado de Derecho. El cumplimiento de las leyes, nos guste o no nos guste, será el que cierre esta historia». Este fue el mensaje final lanzado ayer por Joaquín Vidal, presidente de la Federación Autonómica de Víctimas del Terrorismo, tras la reunión mantenida en Madrid con el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz. El discurso de Vidal, que acudió acompañado por representantes de asociaciones de Andalucía, Extremadura, Canarias, Galicia, Comunidad Valenciana, Catalunya y La Rioja, se mantuvo en la línea de lo expresado en los últimos tiempos por diferentes responsables del Ejecutivo de Mariano Rajoy: cumplimiento de la ley y esperanza ante el nuevo ciclo político abierto en Euskal Herria tras el cese definitivo de la lucha armada de ETA. Una posición contrapuesta a otras organizaciones como la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que ya han cargado contra el Ejecutivo por no sumarse a la iniciativa de UPyD para instar a la ilegalización de Bildu y Amaiur. «Aunque no nos guste, hay que cumplir la ley», dijo el ministro de Interior, que insistió en que los informes solicitados por la Fiscalía descartan la posibilidad de vetar a las coaliciones independentistas.
Fernández Díaz no se movió de lo expresado por otros dirigentes del PP en la última semana. Por una parte, calificó de «oportunidad perdida» la declaración del domingo en el Kursaal lanzada por la izquierda abertzale. Tal y como ya hizo Rajoy con Xabier Mikel Errekondo hace siete días en el Congreso, el titular de Interior le instó a «utilizar su influencia» para que la organización armada «se disuelva». Además, reiteró la importancia del documento firmado por PP, PSOE, PNV y otras formaciones del arco parlamentario español como hoja de ruta ante el «fin de ETA».
La política carcelaria fue otro de los aspectos tratados en el encuentro. Según señaló Fernández Díaz, el Ejecutivo español no va a modificar sus posiciones. «La política penitenciaria va a seguir siendo la misma», señaló, asegurando que esta se basa en el «cumplimiento de la ley». En este sentido, auguró que su administración no otorgará «beneficios» sin que se cumpla la normativa que imponen. También fijó condiciones como «pedir perdón», el alejamiento «inequívoco», las responsabilidades civiles y la «colaboración con las autoridades cuando estas se lo requieran».
Durante el encuentro también se trató el reglamento de la Ley Integral de Protección de Víctimas aprobado en el último tramo de la pasada legislatura. Este debía de aprobarse para marzo, aunque va con retraso por el cambio de Gobierno. A.P.
El lehendakari, Patxi López, comparecerá ante el pleno del Parlamento el próximo jueves 8 de marzo para exponer su análisis sobre los acuerdos adoptados en el Congreso de los Diputados sobre el final de ETA y proponer diversas iniciativas que sirvan para desarrollar el decálogo que ya presentó ante la Cámara en setiembre. Los intentos del PSE para que la comparecencia tuviera lugar mañana o pasado resultaron finamente infructuosos. Aralar, por su parte, decidió retrasar dos iniciativas sobre paz y normalización que figuraban ya en el orden del día del pleno del 1 de marzo, para que se debatan el día 8, tras haber escuchado al lehendakari. GARA
«El acuerdo al que se llegó con mayoría unánime (en referencia al pacto sellado por PP, PSOE y PNV la semana pasada), por primera vez dice que escuchará al Gobierno Vasco y al Gobierno de Nafarroa. Es la primera vez y, como representante de todos los navarros, se lo agradezco. Siempre se habla del Gobierno Vasco, pero Nafarroa, que es el dique de contención, debe de ser escuchada en este final de ETA». Yolanda Barcina, presidenta del Ejecutivo de Iruñea, participó ayer en el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum y defendió ayer la participación de su administración en el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria como barrera «frente al totalitarismo nacionalista». Barcina se reunirá hoy con el presidente español, Mariano Rajoy.
«Falta de verdad el abandono definitivo, la entrega de las armas, quitarse las capuchas y reconocer el sufrimiento», aseguró Barcina, que insistió en calificar como «insuficiente» la declaración realizada el domingo por la izquierda abertzale. Preguntada sobre la demanda mayoritaria para el acercamiento de los presos políticos vascos, la jefa del Ejecutivo de Iruñea abogó por «cumplir la ley».
A la hora de aplaudir al inclusión de Nafarroa dentro del acuerdo firmado la semana pasada por la mayoría del Congreso español y que sienta una hoja de ruta frente al «fin de ETA», Barcina consideró que la Comunidad foral «siempre ha estado en las negociaciones entre los gobiernos» y la organización armada «en las últimas décadas». Un planteamiento que contradice la campaña lanzada por el unionismo español contra el proceso de diálogo auspiciado por el expresidente Zapatero.
Los ataques al abertzalismo centraron la parte política del discurso de Barcina. Insistió en defender la conquista de Nafarroa como una «fusión» que sienta las bases para el actual Estado español y descalificó a los historiadores que han censurado la versión sesgada que ofrecen los fastos del quinto centenario organizados por el Gobierno de Iruñea.
La presidenta fue antecedida en el estrado por el ministro español de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, quien constató el buen momento por el que pasa la relación entre PP y UPN después de la ruptura de su alianza en 2008 y auguró que «lo que tenga que hablarse» se hará dentro de las instituciones. «Navarra será foral y española», dijo. Barcina, por su parte, defendió el pacto con el PSN -alegando que lo «nefasto» sería que «Bildu y los nacionalistas gobernasen o condicionasen»-, frente a políticos como Santiago Cervera, que rompió con UPN por el acuerdo. A. PRADILLA