El recelo de la derecha europea hacia Hollande irrumpe en las presidenciales
La derecha europea ha irrumpido en las elecciones presidenciales francesas para intentar frenar al candidato del PS, François Hollande, que en las encuestas amenaza con desalojar del Elíseo a Nicolas Sarkozy. Berlín ha desmentido un acuerdo de boicot contra Hollande.
GARA | PARÍS
El malestar era palpable hace algún tiempo: la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron, han mostrado su apoyo al candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy, y en los desplazamientos que ha llevado a cabo desde diciembre a Berlín, Roma o Londres, el candidato del PS, François Hollande, no se ha encontrado con ningún jefe de Gobierno. Pero los recelos se han hecho manifiestos en un artículo del semanario alemán «Der Spiegel» que revela una alianza anti-Hollande.
Según el semanario, Merkel, el presidente del Consejo italiano, Mario Monti, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se habrían comprometido verbalmente a no recibir a Hollande y Cameron se les habría unido. «Der Spiegel» afirma que los líderes de la derecha europea están escandalizados por la intención del candidato del PS de renegociar, si resulta elegido, el pacto presupuestario firmado el pasado viernes, que consideran como una pieza clave para salvar a la zona del euro.
Berlín desmintió ayer la existencia de tal acuerdo, pero confirmó la ausencia de citas entre Merkel y Hollande, que éste había solicitado. «Cada jefe de Gobierno europeo elige de forma independiente si desea recibir a Hollande y cómo. En Alemania, no hay por el momento ninguna cita de prevista», declaró a France Press un portavoz del Gobierno.
Hollande, a la cabeza en las encuestas (58% de intención de voto en una segunda vuelta según el último sondeo LH2) advirtió ayer de que «que haya una alianza de los conservadores por el candidato conservador de Francia es natural, pero no son los dirigentes europeos, que por otra parte yo respeto, los que deben pesar en la decisión del pueblo francés». A la vez, destacó que está dispuesto a «convencerlos para agregar una dimensión de crecimiento en los tratados de la UE».
Antes del desmentido de Berlín, el PS había reaccionado con firmeza. «Había tradiciones, sobre todo entre Francia y Alemania, que existían hace tiempo y por las que el canciller o el presidente francés recibía a los principales candidatos de ambos campos» lamentó en la emisora RTL el director de campaña del PS, Pierre Moscovici.
En 2007, Angela Merkel recibió tanto a Nicolas Sarkozy como a Ségolène Royal. En 2002, el presidente Jacques Chirac y el primer ministro del PS Lionel Jospin se reunieron con el canciller Gerhard Schröder (SPD). Y en 1995, Helmut Kohl recibió a los principales candidatos de izquierda y derecha.
En Alemania los socialdemócratas lamentaron que la canciller «perjudique a los intereses de Alemania al intentar influir sobre la campaña en Francia». Antes de la publicación de «Der Spiegel» El ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, había pedido a la clase política alemana que no se inmiscuya en la campaña francesa.