Gescrap Bizkaia Bilbao Basket no pudo tomarse la revancha en la reedición de la pasada final de la ACB. En un partido polémico, el Barcelona supo gestionar de maravilla su ventaja inicial, un 6-23 del primer cuarto, a pesar de que los de Fotis Katsikaris apretaron el duelo -en el que llegaron a ir perdiendo hasta por 20 puntos- en los instantes finales. El paréntesis de tribulación que siguió la expulsión de Mumbrú duró demasiado.

Ya el partido había empezado torcido para los intereses vizcainos, ya que los de Xavi Pascual habían abierto brecha al adelantarse 4-13 tras un parcial de 0-11, con Erazem Lorbek imparable.

Fue una falta sobre el jugador esloveno, la segunda de Jackson, el detonante de la descalificación de Mumbrú. El badalonés, perro viejo curtido en mil batallas, quiso presionar al árbitro Benjamín Jiménez, pero el colegiado no quiso perder el tiempo y señaló una técnica al alero. Viendo que sus protestas no menguaban, Jiménez decidió mandar a Mumbrú a la calle con una segunda flata técnica. Los consiguientes tiros libres dejaron el marcador en 4-18, que se acabarían por convertir en 6-23 al final del primer cuarto, constituyendo un muro infranqueable para los hombres de negro.

Remontada muy lenta

Pese a que el repleto Bilbao Arena no dejó de apretar, el Barcelona administró con sapiencia su ventaja. Ya que Navarro -aun así, repartió 6 asistencias- ni Huertas están en su mejor momento, hombres como Fran Vázquez o Wallace -mortífero en el lanzamiento triple- impidieron que los locales se arrimaran. Además, Bilbao Basket se mostraba negado en el tiro de tres -3 de 15-, donde solo Vasileiadis lograba ver el aro.

Fue precisamente de la mano del alero griego de donde vino la reacción bilbaina. Los blaugranas mantenían su renta por encima de los diez puntos hasta el último período, momento en el que se limitaron a sestear.

Jackson al fin se pudo liberar del pegajoso marcaje de Sada y Hervelle también aportó desde la pelea. No obstante, para entonces el final del choque estaba ya demasiado cerca.