Los alcaldes de Etxarri Aranatz (Joxi Bakaikoa), Arbizu (Miren Mendinueta), Atarrabia (Kirio Gastearena) y Leitza (Oier Eizmendi), todos ellos de Bildu, comparecieron ayer en Iruñea para rechazar rotundamente la acusación de ser «un ejemplo auténtico de totalitarismo» que la presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, lanzó desde la tribuna del Parlamento la semana pasada.

«Queremos mostrar nuestro hastío ante las repetidas y reiteradas declaraciones que Barcina realiza periódicamente, siempre con la clara intencionalidad de criminalizar a otras opciones y proyectos políticos, en especial a Bildu», destacaron.

Recordaron, por ejemplo, que Barcina se implicó personalmente, usando recursos públicos, a la hora de iniciar el expediente por el chupinazo de las fiestas de Leitza contra Eizmendi, que tuvo que declarar en la Audiencia Nacional española.

«Entendemos que con sus actuaciones y declaraciones Yolanda Barcina representa e intenta desarrollar la opción del pensamiento único, sin aceptar que en Navarra existan y se puedan desarrollar otros proyectos políticos -abertzales, euskaltzales o de izquierdas-, intentando deslegitimarlos constantemente. Es ella la que se olvida de su teórica calidad de presidenta de toda la ciudadanía navarra para intentar deslegitimar toda actuación política o social que no comulga con sus ideas», explicaron los primeros ediles.

Estos alcaldes abertzales subrayaron que se encuentran especialmente molestos con Barcina porque «cada vez que habla y actúa desde su responsabilidad de gobierno, lo hace en tono insultante y con clara intencionalidad de generar un ambiente y un estado de opinión negativo hacia nuestras localidades, y por ello no es casual que incida insistentemente en pueblos como Arbizu, Leitza o Etxarri Aranatz, entre otros».

Pese a la criminalización impulsada por la presidenta navarra, los citados alcaldes expresaron su voluntad de seguir impulsando en sus municipios políticas radicalmente opuestas a las que lleva a cabo UPN, basadas, por ejemplo, en la participación vecinal a la hora de elaborar de los presupuestos, la convocatoria de consultas populares sobre temas transcendentes o en la creación de comisiones participativas.

Sin altura de miras

«Ante todo esto, solo podemos entender su actuación desde una posición de nerviosismo político o desde una nula capacidad de adecuarse a la nueva situación política que estamos viviendo, que exige otro tipo de actitud y altura de miras a la presidente del Gobierno de Navarra», subrayaron.

Por ello, emplazaron a Barcina a que «desde su responsabilidad, acepte y reconozca la diversidad política y de otras mayorías políticas diferentes a la suya y que, ante el nuevo escenario político abierto, dé los pasos necesarios para posibilitar un escenario irreversible de paz y soluciones, dejando de lado inercias y actuaciones propias del pasado».