GARA > Idatzia > Mundua

Wen urge a reformar China para evitar otra Revolución cultural

En su ultima comparecencia como primer ministro chino tras la clausura de la Asamblea Nacional Popular, Wen Jiabao reiteró su credo a favor de las reformas y alertó de que las crecientes desigualdades podrían provocar una eventual repetición de fenómenos históricos como la Revolución cultural de Mao a finales de los sesenta. Tras instar a la reforma del PCCh, reiteró su fe en la democratización china.

p023_f01-97X112.jpg

GARA | BEIJING

El primer ministro chino, Wen Jiabao, insistió en la «urgencia» de las reformas en la cúpula del Estado y del PCCh y alertó de que «tragedias históricas como la Revolución cultural podrían reproducirse» en el futuro.

Wen hizo esta advertencia en su comparecencia ante la prensa tras la clausura de la Asamblea Nacional Popular.

«La necesidad de reforma ha llegado a un punto crítico», señaló, para insistir en el riesgo de «perder los resultados de la apertura de las tres últimas décadas si no ponemos en marcha una reforma del sistema de gobernanza de nuestro partido y de nuestro país».

«Si no profundizamos en la reforma política, la reforma económica no podrá llevarse a término» y «los nuevos problemas aparecidos en la sociedad no podrán ser resueltos», señaló, para referirse en concreto a «las disparidades sociales por una desigual distribución e los beneficios del desarrollo, la falta de credibilidad y de integridad y la corrupción».

«Tras caer la Banda de los cuatro (la mujer de Mao y sus seguidores), el PCCh decidió seguir adelante con la reforma y la apertura de China», elogió, «pero el error de la Revolución cultural y el impacto del feudalismo todavía deben ser completamente eliminados».

Última comparecencia

Conocido defensor de las reformas en el seno del Politburó del partido, Wen compareció por última vez como primer ministro ante la prensa extranjera en el marco de la Asamblea anual.

El año próximo y por estas fechas, será sustituido previsiblemente por Li Keqiang en el marco del relevo en el poder y el final de la Cuarta Generación.

Wen, quien logró sobrevivir políticamente a la caída en desgracia de compañeros de filas reformistas como Hu Yaobang y Zhao Ziyang, utilizó un tono de despedida tras diez años en la cumbre del poder. Su balance, agridulce, incluye el mérito de haber puesto, junto con el presidente Hu, la cuestión social en el centro del debate, con la instauración progresiva de las pensiones y de coberturas por desempleo y salud. Ha sido la única voz en defensa de la urgencia de las reformas políticas, pero su mensaje no ha logrado el consenso en el PCCh.

Pese a ello, Wen insistió en su «testamento» en pedir al Gobierno chino «que escuche las opiniones críticas», que pueden «ser útiles para tomar las grandes decisiones».

En la misma línea, defendió una democratización lenta pero progresiva de China desde el ámbito local. En referencia a la reciente experiencia en la localidad de Wukan, insistió en que «si el pueblo es capaz de administrar un pueblo, podrá igualmente hacerlo en una comuna o en un distrito, por lo que debemos animar al pueblo a que prosigue con audacia por esta vía que le permita rodarse».

Tras reitrar que «las aspiraciones a la democracia de los pueblos árabes deben ser respetadas y obtener una verdadera respuesta», Wen reiteró la posición oficial de Beijing sobre la crisis en Siria, resumible en una apuesta por una solución política sin injerencias extranjeras.

detención sin juicio

La Asamblea Nacional Popular aprobó una revisión de su Código Penal, que permite la detención en lugar secreto y hasta por seis meses sin control judicial. La reforma «limita» su aplicación a sospechosos de «terrorismo, de poner en peligro la seguridad nacional» o a casos de corrupción grave. Incluye la promesa de informar a los familiares. Reforma a todas luces insuficiente, en palabras de AI y de Human Rights Watch.

El reformismo no llega a Tíbet, «parte inalienable de China»

Wen se mostró «profundamente consternado» por las inmolaciones de tibetanos, la gran myoría monjes, a los que acusó de «romper la armonía social», y reiteró que Tíbet y las zonas tibetanas de Sichuan, Quinghai, Gansu y Yunnan «son regiones inalienables del territorio chino»

Al menos 26 personas se han inmolado -la muerte de 19 de ellas ha sido confirmada-, la última otro monje, ayer, en Quinghai. Fuentes locales aseguran que habría habido más inmolaciones el 10 de marzo, cuarto aniversario de la represión china del levantamiento en Lhassa y otras zonas de la llanura tibetana.

La mayor parte de estos suicidios atroces se han producido en la prefectura de Aba (Sichuan) donde se halla el monasterio de Kirti. Aba está bajo estado policial, según confirmó un periodista de AFP. Los monjes de Kumbum, en Qinghai, denuncian estar siendo sometidos a cursos de patriotismo.

Wen acusó al dalai lama de mezclar política secesionista y religión y abogó por el desarrollo económico de estas regiones. GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo