La necesaria investigación de las adopciones irregulares exige altas dosis de rigor y prudencia
Los resultados de las exhumaciones llevadas a cabo en el curso de las investigaciones de casos de supuestos bebés robados deben ante todo ayudar a aclarar la verdad, sea cual sea, y en ningún caso contribuir a enturbiar más lo ocurrido en torno al triste fenómeno de los bebés desaparecidos, un asunto que exige rigor, y también prudencia. No se sabe cuántos casos de recién nacidos robados existen, y cada uno de ellos habrá de aclararse previa investigación, eso sí, sin escatimar medios y determinación. Las familias afectadas merecen toda la atención que sea precisa y el apoyo por parte de las instituciones y de toda la sociedad, tanto si hubiera cientos de casos como si fuera uno solo, que ya sería un hecho muy grave. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que el hecho de crear falsas expectativas puede ahondar en el sufrimiento de personas que tienen algún familiar desaparecido o sospechan que pueden tenerlo, creando situaciones que a la postre contribuyan a acrecentar su dolor. Por eso cabe insistir en que el rigor y la prudencia deben guiar el proceder en relación a las actuaciones cuyo objetivo ha de ser, conviene recordarlo, la verdad y la reparación.