Siempre se ha dicho que el Athletic Club es un equipo muy inglés. Su estadio, su afición y sobre todo el espíritu incansable de su fútbol han forjado esta fama durante años. En los días en los que los bilbainos afrontan la eliminatoria de vuelta contra el United, muchos aficionados del Athletic recuerdan con orgullo una noche mágica en San Mamés. Al margen del único precedente (un United-Athletic en la década de los 50) este choque entre diablos y leones nos remonta a un espíritu que se vivió en la temporada 1994-1995. Era la Copa de la UEFA y el Athletic no recibía al United pero sí al mítico Newcastle de Kevin Keegan, equipo de moda en aquel momento. Era un Newcastle espectacular que llegaba a Bilbao como líder en Inglaterra y con un elenco de futbolistas magníficos, capitaneados por, entre otros, Peter Beardsley.

Sin Andy Cole, gran estrella del momento en las `urracas', y con un 3-2 en la ida, todo parecía perdido para el Athletic. En St. James Park empezó a forjarse la magia de un duelo que aún hoy seguro que recuerda cualquier aficionado rojiblanco o magpie. La intensidad fue tal que Kevin Keegan llegó a asegurar en rueda de prensa que nadie había jugado como el Athletic en lo que llevaban de Premier. Keegan salió tan impresionado de San Mamés que apostó por el Athletic para el título europeo. Ziganda puso el 1-0 en Bilbao ante un Newcastle que quedó muy tocado después de aquello. Acabaron sextos en la Liga, mientras que el Athletic perdió en la siguiente ronda ante un Parma que luego fue campeón.

El Athletic busca una nueva gesta frente a un club inglés. Aquella remontada frente al Newcastle (llegaron a ir 3-0 en la ida) era más impensable que dejar fuera hoy al United de Ferguson. Era el Athletic de jóvenes talentos, como hoy frente a un rival que ya sabe lo que se va a encontrar enfrente. Más que una eliminatoria europea es una que sabe a FA Cup.